«Estamos preparados para garantizar los derechos y las libertades de los ciudadanos durante la Cumbre», ha dicho esta mañana el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, en una breve visita a la Subdelegación de Gobierno en Donostia antes de partir a Behobia y Hondarribia en el contexto de la constitución del Centro de Coordinación Operativo con motivo de la Cumbre del G7 en Biarritz. Las fuerzas de seguridad del Estado español aportarán a este dispositivo 2.810 agentes (1.878 de la Guardia Civil y 932 de la Policía Nacional) que se unirán a la Ertzaintza y a las policías locales. «No hay improvisación», ha manifestado Marlaska.
El ministro se ha referido tanto a la Cumbre de mandatarios que se desarrollará en Biarritz del 24 al 26 como a la Contracumbre que se viene desarrollando desde el 19. «Hay un dispositivo de seguridad importante para el desarrollo pacífico de ambas porque los ciudadanos son libres de manifestarse», ha expresado.
El dispositivo de seguridad pasará, entre otros, por el control de dos capítulos esenciales durante estos días: «el de los elementos violentos que aprovechan estos encuentros para ejercer la violencia infiltrándose» (en este punto Marlaska se ha referido a chalescos amarillos, radicales de izquierda y anarquistas) y el tráfico, que en plena operación de paso del estrecho ya está sufriendo las primeras dificultades.
«Hacemos un llamamiento a la responsabilidad de la ciudadanía. Mucha está de vacaciones. De manera general más de 800.000 vehículos transitan con motivo del paso del estrecho», explicó Marlaska, pidiendo a quienes vuelven desde el norte de África que hagan «el sacrificio» de cambiar de ruta.
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