Fiel a su voz y a su guitarra, fiel a su público, fiel al repertorio de Dylan y de tantos otros mitos como ella Joan Baez ha abierto el Heineken Jazzaldia en el Escenario Verde de la Zurriola ante miles de personas rendidas de antemano a esta dama de la canción protesta que ha decidido abandonar la escena y que ha elegido Donostia como una de sus últimas paradas.
La ciudad, por su parte, ha acompañado el evento con un atardecer espectacular que ha quedado reflejado en todas las cámaras y que seguro habrá dejado huella en Baez, que cuenta con ayuda vocal pero mantiene la fuerza que la ha hecho grande tantos años.
Tremendamente bien ha sonado ‘Me and Bobby McGee’ de Kris Kristofferson, preciosa ‘Susan’ de Cohen y maravillosa ‘Txoria txori’ de Laboa. Violeta Parra, el infaltable Dylan… cada canción ha sonado como una lanza a favor de la nostalgia.
Ya con los escenarios Frigo, la terraza Heineken y Coca Cola Gunea en marcha, el entorno del Kursaal ha vibrado en esta primera noche que además pasará a la historia del festival como una de las más calurosas de sus 54 ediciones.
Tras Baez se ha presentado un habitual por estas fechas, Jamie Cullum, que ha tomado el relevo en el Escenario Verde. Cullum no falla y eso lo saben bien desde la Organización del festival.
En esta ocasión llegaba con nuevo trabajo bajo el brazo, ‘Taller’, pero haya o no haya disco es un músico que derrocha energía en el escenario, mueve al baile y atrae a miles de personas con su perfeccionismo y su piano.
Un público más joven que el del concierto anterior, todo hay que decirlo, ha respondido con entusiasmo a un músico marchoso, que mezcla como nadie géneros y también sabe interactuar con sus fans que aplauden sus gestos antes de que sucedan, como el de subir a dos chavales al escenario o saltar desde el piano.
Ha habido más en una noche, la primera, que ha dado para mucho y en que la afluencia de público ha sido espectacular para un miércoles. El festival ha empezado realmente bien.
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