Barro, frío, sol y espectáculo. Así se puede resumir la 63 edición del Cross Internacional de San Sebastián en la que Bahréin, con Ayalew, logró el triunfo masculino, y Kenia, con Jepkemei, el femenino. Los espectadores, que han disfrutado como locos de las carreras, han sido parte muy importante de la animación que se ha vivido en el Hipódromo de Lasarte. De todas las edades y cada cual con su favorito, lo cierto es que ha sido una mañana excelente también para ellos.
La carrera femenina comenzó con las atletas africanas tirando decididas. Pronto se distanciaron de Lugueros, Pérez y Urbina. Jebet, a priori la favorita, sufría de lo lindo y el barro hizo que se cayese en varias ocasiones. Pero se levantó y volvió a contactar con Tanui y Jepkemei. Hasta que la segunda de ellas subió el ritmo y se marchó en solitario. Tanui trató de seguir su estela, pero fue imposible y la keniana, campeona del mundo júnior de 3.000 obstáculos, se hizo con la txapela. Urbina se llevó el premio Carmen Valero a mejor española y Ainhoa Sanz el trofeo Belén Azpeitia a mejor vasca.
En la prueba masculina, desde los primeros metros se escapó el turco de origen keniano Kemboi Arikan. Pero poco a poco el resto de africanos y Fifa lograron cazarlo. Ayalew, que se había descolgado al principio, tomó el mando de la carrera y se acabó imponiendo por delante de Haji y Fifa, quien se llevó el premio Mariano Haro en una carrera muy emocionante. Ander Sagarzazu, por su parte, se hizo con el trofeo José Miguel Maiz. El propio Maiz, ganador hace 50 años, le entregó el galardón. Con ambos emocionados.
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