(EFE). El consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, ha admitido que la mujer colombiana que tras ser arrestada por la Ertzaintza en San Sebastián fue ingresada en la UCI del Hospital Donostia, debió ser trasladada a un centro hospitalario antes de ser llevada a comisaría.
Zupiria ha comparecido este miércoles en una comisión del Parlamento Vasco para informar sobre esta actuación de la Ertzaintza el pasado 2 de febrero y ha explicado que la «razón y responsabilidad» de este «error o negligencia» deberá dilucidarse en las investigaciones que se han abierto para aclarar lo ocurrido.
En concreto, hay abiertas «al menos» tres investigaciones: la de Asuntos Internos de la Ertzaintza, la de la Comisión de Control y Transparencia de la Policía del País Vasco y la judicial, iniciada tras la denuncia presentada ante la Policía Municipal de San Sebastián contra la actuación policial.
La investigación interna se inició oficialmente el 3 de febrero, ha asegurado Zupiria, y no semanas después cuando un medio de comunicación colombiano publicó una información sobre lo ocurrido y el asunto adquirió dimensión pública en Euskadi.
Durante su comparecencia el consejero ha repasado los atestados y actas policiales, los testimonios de los agentes y las imágenes de una cámara que grabó parcialmente lo ocurrido y ha defendido que «no puede concluirse» que los agentes que detuvieron a la mujer ni los que la custodiaron en comisaría «usaran la fuerza de una forma abusiva o inadecuada».
«Uso proporcional de la fuerza»
La actuación policial se inició a las cinco de la mañana del día 2 cuando una patrulla uniformada vio en la confluencia de las calles San Martín con Manterola a un hombre que golpeaba a otro varón, que estaba en el suelo, mientras una mujer intentaba separarlos.
En el atestado policial se indica que el hombre del suelo y la mujer -que son pareja y que en ese momento estaban en estado de embriaguez- se mostraron «hostiles» con los agentes.
El hombre fue reducido y esposado haciendo un uso «proporcional de la fuerza» a lo que ella reaccionó «agresivamente» por lo que tuvo que ser «contenida físicamente» en varios momentos de la actuación e incluso un agente le golpeó en el muslo con la porra para «evitar una posible agresión».
Otro policía «rodeó la parte alta de la espalda de la mujer con su brazo derecho, para por medio de un giro corporal acompañarla al suelo y reducirla» para posteriormente esposarla y detenerla por un delito de atentado a agente de la autoridad, ya que llegó a dar «varios manotazos a la altura del pecho» a un ertzaina.
A la hora de meterla en el coche patrulla y «debido a su estado» (de embriaguez) la mujer no conseguía «mantenerse en pie, por lo que dos agentes la sujetaron por debajo de las axilas para introducirla en el vehículo y llevarla a comisaría.
Debió ser llevada antes al hospital
Este es, ha admitido, «el aspecto de la actuación policial que no se ajusta a los procedimientos» policiales, ya que la Orden de Servicio número 20 de la Ertzaintza establece que cuando se haya usado la fuerza antes, durante o después de la detención el traslado del arrestado a un centro sanitario es «obligatorio con anterioridad a su ingreso en las dependencias policiales».
«Parece claro» que esta mujer detenida debió ser llevada al médico «antes de su traslado a comisaría», ha dicho Zupiria, que ha subrayado que durante las ocho horas que la mujer permaneció en comisaría fue objeto de «un cuidado permanente»: se entró en 16 ocasiones al calabozo a comprobar su estado y hubo 25 «miradas» de agentes al interior de la celda.
Aunque la mujer no se quejó de ningún dolor cuando llegó a comisaría los agentes «decidieron ingresarla en una celda abierta para observar su evolución en todo momento y tenerla vigilada en caso de que necesitara algo».
Sobre las 14:30 horas la detenida comunicó que le dolía el brazo y al descubrir que tenía la parte izquierda del cuerpo inmóvil, decidieron trasladarla al hospital, donde ingresó en Urgencias minutos antes de las cuatro de la tarde. Tres horas más tarde fue trasladada a planta.
El consejero ha señalado que las investigaciones en curso deberán aclarar que pasó y si hay algún tipo de responsabilidad, aunque ha citado tres factores que pueden justificar que fuera llevada antes a comisaría y que pasara tanto tiempo antes de ser trasladada al hospital.
El primero es que los agentes priorizaron su identificación, algo que no había sido posible en la actuación en la calle, el segundo que la llegada de la mujer coincidió con el cambio de guardia y el tercero que esa madrugada y mañana hubo «mucha actividad» en la comisaría de San Sebastián ya que fueron detenidas diez personas. Más información, aquí.
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