«Íbamos para seis meses y vamos a hacer siete años», dice Peio García Amiano, fundador de Zaporeak. La entidad nacida en Intxaurrondo sigue firme y da diariamente 1.500 comidas a los refugiados de Lesbos (Grecia). Sin desfallecer y con el mismo cariño. Pero la necesidad es mayor día a día y con un gasto de 70.000 euros al mes advierten de que solo tienen fondos garantizados hasta febrero. Después, la incertidumbre. Así que Zaporeak pide socios, «no importa si dan dos euros, tres o quince», para dar continuidad a su labor y no depender de los eventos puntuales que seguirán llevando a cabo.
Junto a los miembros de Zaporeak estaban presentes hoy en el Ayuntamiento el alcalde Eneko Goia y un grande de la cocina, Juan Mari Arzak, que tiene una estrecha relación con la entidad solidaria y ha animado a hacerse socios como han hecho él mismo y su hija Elena.
Por cierto que Amiano ha dicho que se está renovando la página web de Zaporeak y mientras esto ocurre y se habilita un espacio para nuevos socios se puede contactar con la asociación como hasta ahora.
«La comida que damos es el único momento de alegría que tienen muchos de los refugiados al día. Cuando llega la furgoneta de Zaporeak es impresionante mirar las caras que ponen. No podemos dejar tirada a esta gente», ha expresado Amiano, que como siempre ha puesto por delante la solidaridad del pueblo vasco para llevar a cabo esta acción. Y no solo desde el punto de vista económico, ya que además han pasado por allí 1.500 voluntarios que «trabajan duro» durante tres semanas desde el momento en que llegan. Incluso hay lista de espera para viajar y Amiano ha puesto de manifiesto que hay gente de todo tipo y edad que se anima a hacerlo.
A día de hoy alimentan, sobre todo, a sirios y afganos. «Personas que han huido de guerras y piensan en volver a su hogar en cuanto todo termine», destacan desde Zaporeak. Y personas que viven de forma muy precaria en los campamentos de refugiados.
En la misma tesitura Zaporeak estará este fin de semana en Garbera (desde aquí llevan a Grecia los alimentos secos) recogiendo arroz, aceite, galletas, etc. Y la entidad también está en Gabonetako Azoka de Donostia y tendrá puesto en Santo Tomás.
Siempre es digno de admiración el trabajo de Zaporeak y, como ha recalcado el alcalde Eneko Goia, si bien la actualidad nos remite a otros puntos del planeta, no se puede olvidar que hay conflictos cronificados.
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