«Hay un tipo de hostelería que ha ido creciendo y sustituyendo, en los últimos años, a establecimientos hosteleros tradicionales (…) En los barrios con mayor presencia turística, especialmente en la Parte Vieja de Donostia, estos comercios y establecimientos hosteleros dirigidos al turista son, en gran medida, los principales causantes de los daños a la forma de vida de los vecinos: el ruido, la basura, la ocupación del espacio urbano,
etc. Además, operan según un modelo profundamente basado en la acumulación de propiedades y en las malas condiciones laborales, y son el baluarte de la economía sumergida».
Así ha contextualizado esta tarde Bizilagunekin, la plataforma por el decrecimiento del turismo, la acción de calle en que ha colocado pancartas irónicas #WelcomeToPintxoland y han repartido 5.000 folletos en la Parte Vieja de Donostia. Cabe recordar que Bizilagunekin anunció que éste sería un octubre contra la turistificación. También firman el comunicado la asociación vecinal Parte Zaharrean Bizi, Parte Zaharreko Euskara Batzordea, Alde Zaharreko Gazte Asanblada y Alde Zaharreko Ernai.
Bizilagunekin considera que este modelo, además, perjudica al euskera, «que tiene cada vez menos presencia». «En esta ansia por hacer negocio con los forasteros se está extendiendo la falta de respeto hacia los locales», dice la plataforma, y recuerda «la llamada de la patronal hostelera a los donostiarras a volver a los bares cuando los visitantes extranjeros desaparecieron durante la pandemia».
Incide Bizilagunekin junto a las otras tres plataformas en que el paisaje urbano de la Parte Vieja se ha «banalizado» de tal forma que, es prácticamente igual al que nos encontramos en cualquier ciudad turistificada del planeta. «En definitiva, la industria turística convierte al euskera y la cultura vasca en un mero elemento de branding».
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