«La película trata sobre las preguntas enormes que nos hacemos. Dos personas que no piden mucho, como nosotros, solo tener la oportunidad de vivir y hacerlo lo mejor posible. Es universal». Así se ha referido el actor Andrew Garfield a ‘We live in time‘ (Vivir el momento), película de clausura fuera de concurso dirigida por John Crowley. Ellos dos están en el Festival de San Sebastián, no así la coprotagonista, Florence Pugh, que está rodando en Nueva Zelanda.
‘We live in time’ puede verse como una película romántica, si bien Crowley «no quería hacer una película de ese género, pero es un efecto secundario del buen trabajo que hacen los actores». Para Crowley es principalmente una película sobre la muerte y de ahí que «tuviera que tener una oscuridad».
Precisamente la muerte ha sido tocada en varios de los títulos de esta certamen (Los destellos, La mujer de al lado, El último suspiro) si bien Crowley ha hecho hincapié en la importancia del humor en este filme. De hecho está muy presente en varias escenas en una película que también llama la atención por una estructura que la propone como un puzzle. Según el director esa puzzle da al espectador «un retrato completo de una relación adulta complicada».
Entre las escenas divertidas Garfield se ha referido a la del parto en el cuarto de baño de una gasolinera, «nunca había visto algo así en una película». Salió tan bien, ha contado, que tras rodar la escena ni él ni Florence Pugh querían marcharse cuando, además, contaban como compañero con un pequeño bebé actor de once días.
Muy locuaz durante la rueda de prensa matutina, Andrew Garfield ha narrado también que cuando le enviaron el guion estaba en plena crisis de la mediana edad, «pensando sobre la vida, la muerte, el amor… y fue un poco como si lo hubiera escrito yo». Y ha añadido que la película transmite que «los seres humanos siempre encuentran motivos para querer seguir viviendo».
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