La Asociación de Vecinos de Ulia ha reclamado en numerosas ocasiones que el parque de Viveros sea protegido íntegramente por sus valores patrimoniales y naturales. Por eso, ha recibido con gran satisfacción la petición llegada ayer desde el Parlamento Vasco, donde grupos tan dispares como PP, EH Bildu y Elkarrekin Podemos unieron sus votos para reclamar a las instituciones vascas y gipuzkoanas –entre otras, al Ayuntamiento de Donostia- que proteja “de manera efectiva” los 14.000 metros cuadrados de dicho espacio. Según Félix Soto, representante de dicha Asociación, esta aprobación le da “el carpetazo final” a las intenciones consistoriales de construir allí.
Recordemos que, inicialmente, se planteó edificar viviendas en dicho parque, pero más recientemente se planteó levantar en dicho espacio una nueva sede para la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Según Soto, “sabemos” que para construir allí “lo que están proyectando es el derribo de la Casa del Capataz” (situada entre los depósitos y “de estilo neovasco”), con la intención de “hacerle sitio a la nueva construcción que pretenden”.
Pero, según entiende Soto, eso ya no debería pasar. El acuerdo de ayer presenta “mayoría parlamentaria”, y “el Gobierno Vasco debería cumplir” facilitando la protección. “Legalmente no les obliga, pero bueno, un acuerdo de esta categoría” debería pesar. Es más, el acuerdo insta directamente al Consistorio a “no desarrollar ningún proyecto urbanístico” en el parque “que no respete los valores culturales del patrimonio existente y que no cuente con el acuerdo del movimiento asociativo y vecinal involucrado hasta la fecha en su mantenimiento y conservación”.
Además, Soto no percibe necesidad de derribar y construir allí, ni siquiera por parte del supuesto beneficiario. “Yo también soy socio de Aranzadi, y la mayoría de la gente está en contra de que se trasladen”, asegura. “En este momento, se ha conseguido una prórroga de 10 años para seguir allí arriba, en Zorroaga”, y la mayor parte del personal está “contento con seguir en esas instalaciones”.
¿Por qué Viveros?
Incluso, llegado el caso, la sede de Aranzadi se podría construir en otra parte, “hay otros sitios. Es increíble la obcecación que existe aquí”. A su juicio, la intención de construir en los Viveros “es una iniciativa del alcalde, queriendo, de alguna forma, meter el dedo en el ojo en el tema este, que lo tiene torcido”.
Soto también critica la actitud del Centro de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco, “que, de alguna forma, increíblemente, está quedando supeditado” a los dictados del Ayuntamiento de Donostia. “Hay falta de autoestima y de rigor”, porque dicho Centro “tiene que velar por el patrimonio, al margen de lo que quiera el alcalde o el Gobierno municipal. En este caso, no han actuado con rigor”.
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