(EFE). El Museo de Bellas Artes de Bilbao expone hasta el 31 de agosto los cuatro lienzos que el pintor vasco Ignacio Zuloaga realizó para el retablo del santuario de la Virgen de Arrate en Eibar, tras llevar a cabo un largo y laborioso proceso de restauración.
En el marco del 150 aniversario del nacimiento de Zuloaga (Eibar 1870-Madrid 1945), el Museo bilbaíno, en colaboración con el Museo Ignacio Zuloaga y la Diputación Foral de Gipuzkoa, ha presentado el proyecto de conservación llevado a cabo en las cuatro pinturas del artista vasco, dos de las cuales presentaban importaciones alteraciones.
El conjunto devocional que pintó Zuloaga recoge escenas de peregrinación con romeros y devotos orantes encaminados hacia la talla gótica de la Purísima Concepción.
El trabajo de restauración llevado a cabo permitirá que las cuatro piezas estén en el santuario de Nuestra Señora de Arrate «a tiempo» para la festividad de la Virgen el 8 de septiembre, pero con margen suficiente para que el conjunto pueda ser expuesto en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, según ha señalado su director, Miguel Zugaza, durante la presentación de los trabajos.
En el acto, el coordinador de Conservación e Investigación del museo, Javier Novo, ha explicado que los cuatro lienzos, instalados por el pintor a ambos lados del camarín que alberga la imagen de la Virgen, fueron pintados por iniciativa del propio Zuluoaga.
Al parecer, según ha contado, el pintor se los prometió a la Virgen si intercedía en la mejoría de la salud de su hija Lucía, que efectivamente mejoró.
En las cuatro piezas (Romeros Orantes I, Romeros Orantes II, Romeros Orantes III y Romeros Orantes IV), todas de 1904, se reconocen los rasgos principales del estilo de eibarrés en aquella época, un período de experimentaciones para el pintor.
En las obras aparecen figuras a mitad de camino entre el simbolismo y el naturalismo, generando una fuerte teatralidad, y destaca el empleo de una paleta clara y luminosa.
El artista restauró los lienzos en dos ocasiones, la última con motivo de la Guerra Civil española, cuando fueron despojadas del altar y trasladadas a Bilbao.
La nueva restauración del conjunto la ha llevado a cabo el Museo de Bellas Artes de Bilbao, considerado el máximo especialista en el tratamiento y restauración de la obra de Zuloaga.
La jefa del departamento de Conservación y Restauración del museo, María José Ruiz-Ozaita, ha explicado el procedimiento de recuperación desarrollado en los cuatro lienzos.
Dos de ellos, según ha detallado, sufrían una «gravísima alteración» en el color, con importantes «eflorescencias» blanquecinas que alteraban cromáticamente el conjunto.
Eran unas «manchas» motivadas por un proceso químico «de saponización», una reacción provocada porque internamente se combinan ácidos grasos del óleo con partículas metálicas de los pigmentos que terminan aflorando a la capa pictórica en forma de jabones o sales metálicas.
En los trabajos han tomado parte cuatro restauradoras, que procedieron a la limpieza de los lienzos mediante soluciones acuosas para eliminar las sales, antes de barnizarlos y trabajar con el color de las pinturas.
Según la experta, las obras no tenían grandes pérdidas de materia pictórica, pero las especialistas han tenido que hacer pequeños ajustes para que las cuatro hayan podido recobrar su apariencia original.
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