Villa María Luisa ha cumplido un siglo atendiendo al público donostiarra en su actual ubicación de la calle Hernani nº 2 aunque la trayectoria de esta tienda de plantas y flores comenzó años antes y merece ser recordada.
El origen del negocio no está precisamente en el Centro de la ciudad. “Villa María Luisa” era el nombre de una hermosa propiedad situada en el barrio de Puertas Coloradas o Ategorrieta (actualmente Avenida Alcalde Elósegui, nº 37). Esta casa de campo fue edificada por Pierre Ducasse, jardinero de origen bayonés, que fijó en ella su residencia. La denominó así en homenaje a su esposa Marie Louise Camy, fallecida en Francia cuando solo tenía 30 años. La finca incluía una extensa parcela que ascendía por la ladera del monte Ulía.
Eran más de 15.000 m2 que Ducasse pobló de semilleros, invernaderos y diversos cultivos gracias a los cuales fundó un establecimiento de horticultura en 1878.
La colonia francesa era muy influyente en aquellos años y dio un impulso decisivo al embellecimiento y modernización de la capital guipuzcoana. Muy implicado en la vida donostiarra, Ducasse trabajó junto a los arquitectos Goicoa y Urcola en multitud de proyectos públicos como la Plaza de Guipúzcoa, los jardines de la Zurriola y el parque de Alderdi Eder. Fue el primer Jardinero Municipal digno de tal nombre, a quien se debe la plantación de los tamarindos en la ciudad (Tamarix gallica).
El propio Ducasse vio la necesidad de contar con una sucursal en el centro de San Sebastián. En 1886 abrió un comercio de flores en el número 14 de la calle Hernani, haciendo esquina con la Avenida de la Libertad.
“Villa María Luisa” fue reconocida en 1888 con el título de Proveedora de la Real Casa, recibiendo por esos años el encargo de trazar el jardín de Miramar, para la Reina Regente María Cristina. Sus composiciones y adornos florales alcanzaron merecida fama en el San Sebastián de la Belle Époque.
Tras la muerte del fundador el negocio adquirió nuevos viveros en Oiartzun y la tienda conoció varias ubicaciones para regresar en 1922 a la calle Hernani, estableciéndose en la dirección actual.
Cien años
El local tenía entonces un gran escaparate flanqueado por frontones clásicos y en su interior las pilastras de orden corintio enmarcaban un friso de jinetes en bajorelieve, diseño del arquitecto Eduardo Lagarde.
Llevaban el negocio los nietos de Ducasse, ambos diplomados en la Escuela Nacional de Horticultura de Versalles.
La calle Hernani ha sido siempre una de las arterias más comerciales, escenario de todo tipo de manifestaciones urbanas. Al proclamarse la República cesó el uso de la Corona Real en todos los membretes y catálogos y encargaron al cartelista Jon Zabalo “Txiki” que diseñara un nuevo emblema: es un jardinero dibujado con trazos geométricos, de inequívoco carácter vasco.
En 1963 derribaron el magnífico edificio del siglo XIX pero “Villa María Luisa” se mantuvo fiel al lugar, continuando la actividad en un local más reducido.
Su decoración actual evoca un invernadero de plantas que parece iluminado por la luz exterior. La estructura metálica fue realizada en la fundición donostiarra Mendía y Murua y el cerramiento acristalado en los Artistas Vidrieros de Irun.
En el interior siguen reinando los helechos y las infalibles kentias, y la tradición ha sabido adaptarse a la evolución de los tiempos.
No falta el muguet cada primero de mayo ni los productos locales, como las calas, hortensias o belladonas de Ulía.
Con sus 144 años de historia es la tienda de flores más antigua del país, transmitida de padres a hijos hasta la reciente jubilación de Elena de la Peña, quinta generación familiar.
Juan Pablo Roura mantiene ahora el legado de Ducasse, con la misma vocación de contribuir al embellecimiento de San Sebastián mediante arreglos de plantas y flor cortada para todo tipo de espacios y eventos.
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