Muy pequeño se quedó el jueves el aforo de la iglesia del Museo de San Telmo para la charla entre Enrique Vila-Matas y Javier Mina sobre Luis Martín-Santos y ‘Tiempo de silencio’, uno de los platos fuertes de Literaktum en el centenario de este autor y psiquiatra que vivió gran parte de su vida en Donostia. La cita, en fin, suscitó mucho interés, y fueron bastantes los interesados que se quedaron sin poder entrar. Como curiosidad, en el encuentro estaban los hijos del autor Luis y Rocío.
Vila-Matas, que ha escrito el prólogo en la reciente edición de Tiempo de silencio publicada por Seix Barral, destacó el carácter «precursor» del escritor «desde el punto de vista estilístico y político». Y ambos coincidieron en que supo «sortear la censura a base de sarcasmo». Martín-Santos (1024-1964) murió prematuramente antes de los 40 años en un accidente de tráfico.
«En el libro no se salva nadie, es muy paródico. Es admirable el viaje por los barrios de Madrid que hace el protagonista, Pedro, por la alta aristocracia, la burguesía, la clase media, el pueblo llano… y todos son horribles. Ni los chabolistas se salvan», han coincidido ambos.
«En su interpretación de España no hay buenos ni malos, son todos horrendos«, han añadido. Ni Ortega y Gasset se libró de su parodia.
También han hablado de ese generación literaria fraguada en la escritura política sin nombrarla. «En los 60 mostrar las cosas claras llevaba a la censura. Pero había otra forma. En El Molino de Barcelona se hablaba de sexo todo el rato con indirectas. Había que aprender a decir algo que estaba de fondo pero no explícitamente«.
En ese «fondo» se encontraba la realidad del país y de sus habitantes, con capítulo especial para las mujeres. «No son sujetos, cumplen una función, no tienen su vida en sus manos», ha dicho Vila-Matas. Con mención a los abortos clandestinos que también aparecen en la novela y que tantas veces se saldaban con la muerte.
En las páginas de ‘Tiempo de silencio’ están el país y Pedro, el héroe que no lo busca, «y que no encarna una oposición a nada», ha observado Javier Mina, respondido con celeridad por Vila-Matas: «Quizá porque opinar es una de las cosas más complicadas del mundo».
En varios momentos de la charla ha salido a colación la amistad que compartían los escritores Martín-Santos y Juan Benet, ambos estuvieron en el colegio Marianistas de San Sebastián. La suya fue una relación muy viva y con rivalidades. «Benet le llegó a decirle a Luis que su novela no le había gustado nada», ha narrado Vila-Matas. Según parece esto no tuvo consecuencias para su amistad, aunque es «lo peor que se le puede decir a un escritor. Es peligroso que te pidan una opinión porque hay que darla».
Ambos autores han comentado también que Martín-Santos decía en las entrevistas que él se dedicaba a modificar la realidad española y a divertirse. «Divertirse parece frívolo y es lo contrario», ha opinado Vila-Matas, recordando que la mujer del recientemente fallecido Paul Auster contó que las últimas palabras que ella le dijo fueron: «Paul, pero nos hemos divertido…»
Vila-Matas ha elegido entre los momentos de ‘Tiempo de silencio’ cuando el protagonista pasea por el Barrio de las letras y evoca a los fantasmas de Cervantes, Lope, Góngora… Y ha considerado que a Martín-Santos y a Cervantes les unían la libertad que les daba la escritura y el hecho de que eran hombres «siempre en acción mental y físicamente; ambos en un país de zoquetes«.
Pese a todo le preguntaron que quién hubiera querido ser y Martín-Santos dijo que Sartre, respuesta que no convence ni a Vila-Matas ni a Javier Mina, que coinciden en que Sartre no es santo de su devoción. «Martín Santos era un hombre honrado. Como Delibes. En todos los sentidos. Un término que se usa poco».
«Es difícil el camino del precursor porque no es entendido». Sin embargo «no por casualidad» poco después de ‘Tiempo de silencio’ fueron publicados ‘Señas de identidad’ de Juan Goytisolo y ‘Tardes con Teresa’ de Juan Marsé. «Sin Martín Santos habría cambiado la historia de la narrativa«, ha expresado Vila-Matas. Literaktum en DonostiTik, aquí /// Luis Martín-Santos «vuelve a casa» en San Sebastián con una muestra por su centenario /// Web de Literaktum, aquí