(EFE). «Creí fielmente en él porque estaba enamorada». Con esta frase ha resumido una mujer la estafa de 31.306 euros a la que presuntamente la sometió un supuesto «empresario de éxito» internacional con contactos en los Emiratos Árabes Unidos y México y con el que mantuvo una relación sentimental entre 2015 y 2016.
El acusado, que ha sido juzgado este lunes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, se enfrenta a una petición de doce años de cárcel por parte de la Fiscalía y de la acusación particular, que ejercen tanto la citada víctima como una segunda mujer de nacionalidad italiana presuntamente afectada por una estafa similar.
Esta segunda mujer, residente en Dubai y con la que el inculpado habría mantenido otra relación paralela a la anterior entre 2011 y 2017 con fecha para su boda en enero de 2018, habría sufrido una pérdida patrimonial de 4.749 euros, a pesar de lo cual no ha comparecido este lunes al juicio, al igual que tampoco hizo en una ocasión anterior lo que obligó a suspender la vista el año pasado.
Según la versión de la Fiscalía, el procesado actuó de una manera similar en ambos casos en los que presuntamente contactó con ambas víctimas mediante una red social a través de la que se ganó su confianza para posteriormente iniciar una relación sentimental.
Seguidamente, con excusas como «problemas con sus cuentas corrientes», que le habían «robado la cartera» o que «no le funcionaban las tarjetas de crédito» solicitaba transferencias económicas y que le abonaran viajes de avión a países como Turquía, México, Italia y los Emiratos Árabes Unidos.
La víctima, residente en Gipuzkoa, quien sí ha comparecido en la vista celebrada hoy, ha explicado que tras conocer al imputado en Facebook quedó con él en enero de 2015 en Santurtzi (Bizkaia) en un momento en el que ella «no estaba bien» porque tenía los sentimientos «a flor de piel» tras haberse separado.
Ha relatado que en esa cita el procesado le dijo que tenía «negocios en Dubai» y que viajaba muy habitualmente tras lo que iniciaron una relación sentimental, si bien como ella le dijo que no quería mantenerla «a distancia» él le aseguró que vendría «más tiempo» a España.
De esta manera, cuando él volvía a nuestro país se quedaba en casa de ella, donde hacían «vida de pareja» en un contexto en el que la mujer ha explicado que «confiaba plenamente en él» porque «pensaba que era una buena persona», sin que ella tuviera «ni idea de sus negocios en México ni Dubai» a los que permanecía «ajena» a pesar de que él le relataba que alternaba con «gente importante del Gobierno».
«Siempre creí que me iba a devolver el dinero», ha asegurado esta chica, quien ha revelado que en una ocasión el procesado le pidió dinero porque había sufrido un accidente con el coche en el extranjero y estaba hospitalizado, circunstancia que una de sus socias habría aprovechado para robarle todo lo que tenía.
«Le creí porque no tenía motivos para no hacerlo», ha insistido la víctima, quien ha desvelado que también le pagó «un montón de billetes de avión», le compró ropa, un teléfono móvil, le mandó dinero a través de una plataforma internacional de transferencias e incluso hizo entregas en metálico al acusado, quien llegó a referirle que había sido guardaespaldas de la Casa Real y que iba a ganar mucha «lana» con sus negocios en México.
Una situación que se prolongó hasta marzo de 2016 cuando, según ha relatado la víctima, él se dio cuenta de que ya no podría «sacarle más» y la dejó «en la ruina» y sin darle «ninguna explicación», al tiempo que la bloqueó en su teléfono y en sus redes sociales.
Por su parte, el acusado ha defendido su inocencia y se ha presentado a sí mismo como víctima de una «estafa» porque, según ha comentado, la mujer que no ha comparecido en el juicio le adeuda 570.000 euros, además de haberle sustraído un ordenador con diferente documentación que sería relevante para su defensa.
El procesado ha mantenido también que si esta mujer hubiera acudido a la vista «se hubiera desmontado todo», tras lo que ha presentado su situación con la segunda víctima como una relación laboral, en la que ella estaba interesada en sus «contactos» internacionales con la intención de hacer negocios en México y en Ciudad Juárez, donde él se jugaba «el tipo» porque es «una de las ciudades con más peligro del mundo».
Según ha relatado, esta mujer se habría comprometido a introducir en su proyecto a varias empresas de una cooperativa vasca, aunque no llegó a aportar «ninguna» durante los dos años en los que se mantuvo este supuesto acuerdo en el que ambos iban «al 50 %» y en el que la mujer sufragaba sus gastos en un contexto profesional de un trabajo que él estaba haciendo para ella.
«Ella confiaba en mí y yo confiaba en ella, pero ella no fue capaz de cumplir con lo que se había comprometido», ha resumido el procesado, quien ha calificado todo lo ocurrido como «una pantomima» organizada en su contra. El juicio ha quedado este lunes visto para sentencia.
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