«Es interminable». Así resume Iñigo Jaca el trabajo intenso que su familia está llevando a cabo para recuperar los restos de su tío Antonio Arrizabalaga Ugarte, natural de Zumarraga, enterrado en el Valle de los Caídos. La carta del director general para la Memoria Histórica Fernando Martínez pidiendo a Patrimonio Nacional los restos parecía un espaldarazo importante y lo fue, pero sobre todo anímicamente. Corría noviembre.
«En realidad la exhumación es competencia de Patrimonio Nacional, que depende del Ministerio de la Presidencia«, explicó con detalle Iñigo Jaca para DonostiTik. Y ahora, día tras día, espera la respuesta del citado Ministerio sobre un asunto que le tiene «perplejo»: «Nos tienen que reconocer el derecho a reclamar los restos de mi tío». Un reconocimiento «básico» que además se está dilatando en el tiempo. «Si no tiene derecho la familia, ¿quién lo tiene?», se pregunta Jaca.
Como publicó este medio en su momento el miliciano vasco Antonio Arrizabalaga Ugarte falleció por fiebres tifoideas en Zaragoza el 17 de noviembre de 1937 y sus restos fueron enterrados en el Cementerio de Torrero para ser trasladados al Valle de los Caídos el 28 de febrero de 1961. Jaca tiene todo documentado.
Una vez Patrimonio Nacional reconozca el derecho a reclamar los restos habría que contar con el Instituto Torroja, que trabaja en la accesibilidad a las cajas donde están los huesos de los fallecidos.
Precisamente hace dos meses Iñigo Jaca acudió al Valle de los Caídos invitado junto a otras familias a ver la labor del citado instituto. Se quedó impresionado por el buen estado de algunas cajas que incluso conservan las inscripciones con las identificaciones correspondientes. «Es verdad que por una inundación hay otras cajas destrozadas y los restos se mezclaron».
Antonio Arrizabalaga está localizado en la ficha 16.244 en el Valle de los Caídos (Relación 348, columbario 4.882, cripta derecha 5 piso).
Si Iñigo Jaca se embarcó en el proyecto de recuperar los restos se debió especialmente a su madre, ahora fallecida, que hasta el último momento de su vida mostró su angustia a lo vivido durante la Guerra Civil. La familia empezó a trabajar con ahínco en 2011.
En esta aventura han estado acompañados por el Ayuntamiento de Zumarraga, que el pasado 17 de octubre reclamó al Estado español y a Patrimonio Nacional los restos de Antonio para que sean enterrados en el panteón familiar. Un deseo que está tardando demasiado en cumplirse.
En lo que se refiere a la exhumación de Francisco Franco, Iñigo Jaca considera que los tribunales «han mostrado una sensibilidad hacia la familia del dictador que no muestran hacia el resto de las familias». Pero no es en absoluto el tema que más le preocupa: «Queremos recuperar los restos de mi tío. Nada más».
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