Ir a una sala de cine sin expectativas (a veces) tiene sus recompensas e incluso sus gratas sorpresas, como en el caso de ‘Uno de nosotros (Let him go)’, una notable y entretenida película que no te la esperas. Primero porque el anterior trabajo cinematográfico de su director y guionista, Thomas Bezucha, fue ‘Montecarlo’ (2011), una insulsa y convencional comedia adolescente a mayor gloria de Selena Gómez. Después porque habla de temas a priori tan poco transitados en la gran pantalla como la maternidad (la obsesiva y enfermiza; la egoísta y poco comprensiva; la paralizada por el miedo) y los malos tratos. Pero lo cierto es que ‘Uno de nosotros’ atrapa desde el primer momento presentándose inteligentemente al comienzo como un hábil drama familiar, más tarde como un tímido ‘thriller’ que poco a poco va creciendo en tensión con muy pocos elementos narrativos, hasta convertirse, finalmente, en cuanto Diane Lane se pone el sombrero vaquero, en un western de héroes, villanos, marginados (Peter, el joven indio que, alejado de su cultura y raíces originales, siente que ya no pertenece a ningún sitio), con alguien a quien salvar (el nieto y la ex nuera de los protagonistas), y, por supuesto, con un motivo de venganza.
El western no ha muerto. Nunca lo hará. ‘Uno de nosotros’ lo deja claro. También que no hace falta remontarse a la conquista del lejano Oeste americano, ni a las andanzas de Billy ‘El niño’ para que una película pueda insertarse en este género tan cinematográfico como genuinamente estadounidense. Como ya demostró Chloé Zhao recientemente en ‘Nomadland’, el western es, más que nada, una actitud ante la vida que puede adaptarse con facilidad tanto al presente como a mediados de los años 60 del siglo pasado, fecha en la que está ambientada, precisamente, ‘Uno de nosotros’.
El filme protagonizado por (una estupenda como siempre) Diane Lane y un (resolutivo) Kevin Costner arranca con fuerza alentado por un cuidado y milimétrico guión (adaptación de la novela de Larry Watson) y una enérgica dirección que no quiere reparar en nada innecesario o redundante. Con delicadeza y pulso firme en lo dramático para profundizar en lo más íntimo de los personajes y con cámara agitada en los momentos trágicos y en los especialmente tensos, Bezucha construye desde la modernidad una historia llena de grandes y filosóficas frases que bien podrían pertenecer a una película de Howard Hawks (‘Río Bravo’, ‘El dorado’), que recupera la mirada sincera con la que John Ford (‘El hombre que mató a Liberty Balance’, ‘Centauros del desierto’) retrataba a sus personajes y que crea icónicas escenas llenas de metáforas, como la brillante y misteriosa presentación del personaje de Blanche oculta tras una lámpara.
Pero si hay una referencia que pulula sobre este filme que, sin duda, gustará a muy distintos públicos y franjas de edad, es ‘Johnny Guitar’ (1954), de Nicholas Ray. Como éste, ‘Uno de nosotros’ es un western de mujeres fuertes y antagonistas. Diane Lane y Lesley Manville, en el papel de la matriarca de la violenta familia Weboy, como ya hicieran en el clásico hollywodiense Joan Crawford (en una de las secuencias se puede ver una foto de la actriz en un viejo periódico que cubre una de las paredes de la cabaña de Peter) y Mercedes McCambridge, brindan al público un tenso duelo interpretativo y algunas de las mejores escenas de una película que plantea preguntas tan actuales como qué hacer cuando se tiene conocimiento de que alguien cercano está siendo víctima de violencia doméstica.
Lesley Manville es toda furia y esa maldad no exenta de insultante sarcasmo con el que están ‘dotados’ los mejores ‘malos’; Diane Lane, en cambio, es determinación, fortaleza, pero también culpa y arrepentimiento, contradicción y complejidad. Su trabajo brilla especialmente en esta producción gracias en buena medida a la generosidad actoral de Kevin Costner. Eso sí, el protagonista de ‘Bailando con lobos’ (¿no recuerda ese último plano a través del retrovisor la emotiva despedida de Cabello al Viento en ese galardonado filme de los años 90?) aporta con su presencia a ‘Uno de nosotros’ el carisma y la veracidad que infundieron en su día actores como John Wayne o James Stewart a tantos y tantos westerns que ya son clásicos del séptimo arte.
Destaca en la película, además, el trabajo interpretativo de los actores que dan vida a los distintos miembros masculinos de la familia Weboy, cada uno retratando distintos niveles de lo siniestro.
Quizá lo estereotipado de estos personajes y lo previsible de algunas escenas sean las únicas pegas a un filme que, sin embargo, como tantas y tantas películas del Oeste ofrece un grato entretenimiento, que no es poco en los tiempos que corren.
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