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Tribunales

Una menor dice en un juicio que acusó a su exnovio de maltrato por despecho

La menor, que se encuentra tutelada, tiene ahora 16 años y el juicio se celebra en la Audiencia de Gipuzkoa

Audiencia provincial. Foto: Santiago Farizano

(EFE). Una adolescente que tenía 13 años cuando ocurrieron los hechos se ha desdicho del testimonio de malos tratos que ha llevado a juicio a su exnovio, de 18, al reconocer que lo hizo por despecho porque él tenía una nueva novia, y ha afirmado que las relaciones sexuales que ambos mantuvieron fueron consentidas.

Durante la primera sesión de la vista oral por estos hechos, celebrada este lunes en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, la menor, que ahora tiene 16 años y se encuentra tutelada, ha admitido también que el chico, quien cumplió la mayoría de edad durante el noviazgo, no le pegó nunca, no le controlaba, no le miraba el móvil y no le decía cómo tenía que vestirse, ademas de permitirle relacionarse con sus amigos con normalidad y no haberle grabado vídeos de contenido sexual.

Aunque ella no ejerce la acusación particular, su exnovio se enfrenta a una petición de condena de 16 años y 15 días de cárcel por parte de la Fiscalía, que le considera responsable de un delito continuado de abuso sexual, de dos delitos de maltrato no habitual, de un delito de coacciones leves y de uno más contra la intimidad, todos ellos en un contexto de violencia de género.

Precedentes

Ambos iniciaron una relación sentimental en febrero de 2019, que acabó en septiembre de 2020, si bien durante los tres últimos meses no pudieron verse y sólo mantuvieron el contacto a distancia, después de que la madre de él enviara al chico tres meses a los Estados Unidos como forma de intentar evitar que el vínculo sentimental siguiera adelante.

Para ese momento, la madre de la chica ya había fallecido víctima de una enfermedad y ella se había mudado con su padre, al que relató los supuestos episodios de malos tratos sufridos y que mantenía relaciones sexuales con el acusado, una situación ante la que su progenitor presentó una denuncia ante la Ertzaintza.

Sin embargo, durante la primera jornada del juicio la joven ha negado ahora todos los hechos y ha afirmado que lo que relató en noviembre de 2020 ante el juzgado de instrucción era «mentira», al tiempo que ha aclarado que lo hizo porque le «molestó» que el procesado estuviera «con otra» y quería que la «dejara».

De esta manera, ha negado hechos concretos como que en Sanfermines de 2019 el chico le golpeara en casa de la abuela de él en Pamplona, o que a finales de 2019 le rompiera el móvil y le pegara un tortazo en el domicilio familiar de ella en Irun.

Asimismo ha descartado que el inculpado la grabara desnuda o manteniendo relaciones y ha asegurado no haber hablado sobre este asunto «con nadie».

En este punto ha desacreditado la versión de dos testigos que sostienen haber presenciado el tortazo que habría recibido en el piso de Irun y que, en su opinión, están «a favor» de la versión ofrecida por su padre, con el que ella no mantiene relación alguna.

Ante las preguntas de la defensa, la chica ha aclarado también que mientras duró la relación con el procesado ambos estaban «enamorados» y ha explicado que no notaba la diferencia de edad con él porque los dos eran «niños». «Solía decir que era mi marido y que yo era su mujer», ha resumido.

Por su parte, el acusado ha admitido que sabía que la chica tenía 13 años cuando estaba con ella, ha insistido en que las relaciones sexuales fueron consentidas y ha rechazado haberla controlado y haberle grabado imágenes de conetenido sexual.

Asimismo ha negado también haberle pegado en el incidente supuestamente ocurrido en Pamplona y ha dicho que en el suceso ocurrido en Irun le rozó la cara al hacer un gesto y a ella se le cayó el móvil.

Ha detallado también que su relación era la de una «pareja estable» de la que la madre de ella tenía conocimiento y que incluso le permitía pernoctar en su casa.

En la vista ha declarado también el padre de la víctima, quien ha aclarado que él «nunca ha estado» presente «en la vida» de su hija, pero que denunció los hechos cuando ella se los contó, al mes de estar viviendo con él tras la muerte de su madre, en un momento en el que la menor estaba «enfadada» porque había «reñido» con el acusado.

En otro momento del juicio, una chica que estuvo presente en el episodio de Irun ha asegurado que vio como el procesado dio «un tortazo» a la víctima y le «rompió» el móvil, algo que también ha corroborado un joven que estaba en ese piso en aquel momento.

Está previsto que el juicio finalice el próximo 1 de junio con las conclusiones definitivas y los informes de las partes.


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