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Historia

Una embarcación corsaria vuelve a la costa gipuzkoana de la mano de Albaola

El patache Juanita Larando, cuya construcción ha sido ante el público y según unos planos encontrados en el astillero Mutiozabal de Orio, arroja luz sobre un capítulo importante de la historia vasca

Imagen de la botadura del barco corsario. Foto: Albaola

Los aprendices de la escuela de carpintería de ribera de Albaola han acabado la construcción del patache que en los últimos meses se ha construido ante el público en la factoría de Pasaia. Se trata de una embarcación de 15 metros de eslora que ha sido recuperada según los planos encontrados en el astillero Mutiozabal de Orio. La presentación oficial ha tenido lugar esta mañana en Bonantza (Pasai San Juan).

El patache descansa en aguas del Puerto de Pasaia, enfrente de Albaola Itsas Kultur Faktoria. La embarcación tiene una eslora de 15 metros y una manga de 3,5 metros. Está diseñado para una tripulación de 18 remeros y puede navegar con dos grandes velas, cuya superficie total suma 150m2. Se llama Juanita Larando.

La presentación ha comenzado esta mañana con la llegada del patatxe al arco de Bonanza en Pasai San Juan.

Uno de los invitados ha sido el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, padrino de esta embarcación. Arsuaga, además de ser el director de la Fundación Atapuerca, también es director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos.

Otros invitados llegaban de más lejos como los representantes del festival marítimo de Bretaña Jeff Wagner, Valence Lamaistre y Nadège Pavec, que han aprovechado para invitar al patache Juanita Larando a la próxima edición de su festival que tendrá lugar en mayo de 2023. La Ordre des Corsaires Basques de San Juan de Luz también ha querido estar presente y pretende que la embarcación participe en otros eventos.

Xabier Alberdi, director del Museo Marítimo Vasco y director del departamento de investigación de Albaola, ha explicado a los presentes que «los pataches eran embarcaciones ligeras, versátiles y polivalentes muy aptas para actividades como el corso. Juanita Larando es un patache de la primera mitad del siglo XVIII propulsado a remos y vela cuyo nombre hace honor a una de las grandes corsarias donostiarra del siglo XVII”.

El alcalde de Donostia Eneko Goia, también presente, ha puesto en valor el trabajo de Albaola en la recuperación del patrimonio marítimo vasco, “gracias al cual reforzamos nuestra historia, nuestra cultura y nuestra identidad”.

Junto a él estaba el diputado general de Gipuzkoa Markel Olano, quien ha ensalzado la trayectoria y la contribución cultural que realiza Albaola Itsas Kultur Faktoria, ya que gracias a su trabajo «sostenido en el tiempo», la sociedad guipuzcoana y vasca está conociendo «la rica historia y patrimonio marítimo de este pueblo».

La costa vasca, territorio de corsarios
El patache es una embarcación muy veloz navegando a vela, que también puede navegar a remo y que se utilizaba principalmente para mandar noticias de un lugar a otro y para vigilar puertos y costas. Estos barcos tan rápidos eran muy apreciados y utilizados por los corsarios, ya que podían alcanzar y abordar a sus presas.

La costa vasca fue territorio corsario, de sus puertos salieron innumerables marinos que, dotados de patentes de corso, asaltaban a los enemigos. Los de Donostia también participaron en este provechoso negocio y no sólo hombres, sino que también había mujeres dedicándose a tal actividad. Entre ellas Juana Larando.

En el siglo XVII la posada de Larando sirvió como refugio y punto de reunión de corsarios de todo pelaje. Larando tenía dos pataches, de nombre San Juan y San Pedro, y Albaola ha querido homenajear a esta mujer nombrando al patache recién construido con el diminutivo de su nombre: Juanita Larando.


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