Toda aventura tiene un principio y, en su caso, debe situarse en la órbita de uno de los colectivos musicales más inquietos y rompedores de la ciudad. Distopía Mutante lleva unos cuatro años agitando la escena underground de Donostia con propuestas sonoras experimentales, en algunos casos extremas, siempre valientes e innovadoras. Sus miembros ya barruntaban un plan B que diese cabida “a otras inquietudes e identidades” y donde la música se mantuviese discretamente en un segundo plano. De las noches rompedoras de Distopía Mutante, principalmente en Mogambo, su cuartel general, surgió la necesidad de formar la asociación cultural Kontenedora, que más de un año después de su nacimiento, en 2021, ha inaugurado su sede en el barrio de Amara (avenida Sancho el Sabio, nº 8). Abren de lunes a viernes, de 16 a 20 horas.
“El ruido y la agitación más extrema deberá situarse de momento en otros espacios”, aseguran los cinco miembros de un espacio cultural que se presentó formalmente el 8 de diciembre en un evento multidisciplinar en la sala Dabadaba, donde hubo música ambient, danza contemporánea, pintura, instalaciones sonoras y otras expresiones artísticas que conformaron un universo singular. En Kontenedora reconocen que abrazan los movimientos “más subterráneos, radicales y transgresores”, pero, al mismo tiempo, no se conforman con moverse en los márgenes y apuestan por entender la cultura como eje vertebrador de la sociedad.
“Sabemos que el modelo cultural de Donostia es, en su mayor parte, encorsetado e institucionalizado, por lo tanto, nos veríamos arrinconados al total ostracismo… Buscamos una actividad transformadora integrando el equilibrio entre polaridades, pero siendo fieles a nuestra esencia”, afirman. Su propuesta discurre en paralelo a una actividad institucional que, a su juicio, “limita” la expresión artística más pura y auténtica. “Es un proyecto que acaba de nacer, cambiante y mutable, por lo tanto, estamos totalmente abiertos a aquellas personas que quieran compartir su visión sobre la cultura”, añaden.
En esa delgada línea entre lo minoritario y lo accesible han diseñado una jornada de Santo Tomás muy particular a la que han denominado Txistorra Live. Desde las 12 horas de mañana miércoles, su sede de Sancho el Sabio acogerá un mercadillo de arte, sonidos añejos jamaicanos pinchados en vinilo, bebida y comida. En un día tan señalado no faltará la txistorra, tanto de carne de cerdo como vegana. El evento es libre y a su llegada se cobrará la voluntad; es decir, lo que cada uno pueda o considere justo. La entrada se puede reservar a través de correo electrónico ([email protected]).
Las piezas de arte pertenecen a un grupo heterogéneo de artistas locales, algunos noveles y otros más consagrados, entre los que se encuentran Diego Matxinbarrena, Joana Mendizabal, Salvia Klarea, Ibon Gurruxaga, Paoletta Piruletta y Piti Alcaide. Todas las obras estarán a la venta “a un precio especial”. “Regalas algo único, apoyas la economía local e inviertes en el futuro”, animan desde la asociación. De 14 a 16 horas la sesión de dj estará abierta al público. A continuación, y hasta las seis de la tarde, aproximadamente, será el turno de la magnética música que eclosionó en Jamaica en los años 60 (rock-steady, ska y reggae, principalmente).
El de Santo Tomás será un aperitivo de lo que está por venir en 2023. A partir de enero empezarán a organizar eventos, talleres y actividades culturales con regularidad “a un precio totalmente razonable”. Toda la información sobre su actividad y proyectos, en la cuenta de Instagram de la asociación (@kontenedora).
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