Parkea Bizirik kukulunbera denuncia la aparición en un bosquete de Astigarraga, durante una inspección rutinaria de las cajas-nido para las aves, del hongo invasor de Madagascar Favolaschia calocera.
Tal y como explica el colectivo, se trata de un hongo de distribución tropical. Se alimenta de madera muerta. Al parecer, segrega sustancias tóxicas para evitar la competencia con otras especies de hongos, entre ellas, las autóctonas.
Narra Parka Bizirik que este hongo se citó por primera vez en Europa, concretamente en Italia en 2002, tras aparecer en unos soportes de madera para jardinería. «Desde entonces la invasión cabalga sin límites. En Oiartzun se detectó por primera vez en 2010. El comercio mundial de la madera lo ha extendido por África tropical, China, Tailandia, Australia, Nueva Zelanda…»
Las especies exóticas invasoras ponen en peligro la diversidad biológica nativa y con ella, la propia estructura de los ecosistemas. Conforman, junto a la destrucción de los hábitats, el mayor peligro para la extinción de las especies autóctonas.
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