La Guardia municipal de Donostia detuvo ayer a un joven de 18 años e investiga a otro menor de edad como presuntos autores de algunas de las pintadas realizadas sobre el remodelado espacio deportivo del Parque Aitzol de Amara Berri.
La policía local ha remitido las diligencias realizadas al Juzgado de Guardia y a la Fiscalía de Menores, si bien, día de hoy, la Unidad de Investigación de Delitos de la Guardia Municipal continúa realizando averiguaciones de cara a poder identificar al resto de las personas que pudieran haber tomado parte en los hechos.
Lo ocurrido
La cancha y el frontón del parque Aitzol fueron remodelados a raíz de un evento de participación ciudadana promovido por Donostiako Gipuzkoa Basket a finales de junio.
El proyecto consistía en diseñar junto a los vecinos y pintar después ambos espacios y colocar, además, una placa conmemorativa en honor a Begoña Callejo, pionera del baloncesto femenino y recientemente fallecida. Callejo era vecina de Amara.
Dirigieron la operación cuatro mujeres. Desde Vitoria vinieron a Donostia Ane Cabello y Cristina Gómez, las creadoras de ‘Jump the line’, y desde Madrid las artistas Ana Muñoz y Paula Gómez, que se hacen llamar ‘Dos monos rojos’. Jump de the line ya había hecho trabajos similares en otras ciudades.
La operación tuvo un coste de 20.000 euros y en el embellecimiento colaboraron 350 personas, en su mayoría del barrio de Amara Berri.
A las pocas semanas de la inauguración, a primeros de agosto, tanto el frontón como la pista, que se habían convertido en orgullo de los vecinos, aparecieron llenos de pintadas. Días después hubo una concentración vecinal.
A raíz de lo sucedido, responsables de Donostiako Gipuzkoa Basket formularon la correspondiente denuncia en la Comisaría de la Guardia Municipal, que inició una investigación.
Tras varias semanas recabando información ayer se detuvo a las dos personas citadas. Se da la coincidencia de que uno de los dos jóvenes, con varios antecedentes por hechos similares, es también vecino del barrio de Amara.
Lo ocurrido en el parque Aitzol ha llamado la atención de los agentes por varios motivos. Primero porque quienes realizan grafitis acostumbran a respetar los espacios que han pintado otros artistas. Y además a un mural le dan prioridad sobre cualquier otro tipo grafiti, firma o acrónimo. Además la placa conmemorativa de Begoña Callejo también resultó dañada, algo que resulta aún más incomprensible para todos. Más información sobre este tema, aquí.
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