Amena y como un largo abrazo al cine en mayúsculas, el de pantalla grande, y a los espectadores de toda la vida. Porque ver cine es «algo tribal», ha dicho alguien en un vídeo. Y de eso ha tratado la gala de inauguración del Festival de San Sebastián. De no dejar que se nos pase una afición que vuelve mucho más amable la vida.
Cayetana Guillén Cuervo y Loreto Mauleón han llevado la gala con naturalidad y han sabido transmitir ese mensaje y el respeto cariñoso por los géneros. Vídeos con míticas escenas de comedias españolas, también de thrillers, han despertado recuerdos entre los presentes. Y unas cuantas sonrisas.
La gala dirigida por Borja Crespo también ha tenido tiempo para recordar a cuatro nombres vinculados al festival y fallecidos en los últimos meses: su conocido ex director Diego Galán, el antiguo delegado Luis Calparsoro, Mariano Ferrer, jefe de prensa, y el director de cine Juanmi Gutiérrez.
La gala ha acogido como todos los años la entrega del Gran Premio Fipresci que entrega la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica y que este año ha recaído en la película ‘Roma’ (Perlak, 2018) de Alfonso Cuarón. Su productora Gabriela Rodríguez ha recibido el galardón de manos de Marta Armengou, presidenta de la Asociación Catalana de la Crítica y Escritura Cinematográfica.
Como director del Jurado Oficial Neil Jordan ha presentado a sus compañeros y ha agradecido la experiencia que les brinda a todos el Festival. «Cine es lo que experimentas cuando te sientas con extraños en una sala oscura para ver los sueños de otra persona en la pantalla. Algo que no puedes experimentar en las páginas de un libro, en un escenario, en un iPhone ni en una pantalla de televisión. Así que durante el Festival haremos justo eso, lo que la gente ha hecho desde que Georges Méliès hizo su viaje a la luna. Y quizá al final no seremos extraños».
En principio esta noche se ha proyectado la película que ha inaugurado la Sección Oficial, ‘Blackbird’. En la gala han estado su director Roger Michell, el productor David Bernardi y el actor Sam Neill.
A partir de aquí… todo está por verse.
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