Este 25 N, Día Mundial contra la Violencia de Género, se vive en la calle con el convencimiento de que hay unión frente a los maltratadores, pero también de que falta algo más para garantizar no sólo la seguridad de las víctimas, sino también el fin de la lacra de los maltratos. Las instituciones han querido ponerse al frente de esta causa. En Gasteiz, en Lehendakaritza, la concentración ha unido a políticos de todos los signos y aquí, en Donosti, tanto Diputación como Ayuntamiento han convocado sus respectivos actos con la misma unidad. No es para menos. Las cifras que ayer hacía públicas la Ertzaitza son demoledoras: 4.352 mujeres reciben en la actualidad algún tipo de protección y por territorios el número de expedientes se desglosa así: 774 en Araba, 2.134 en Bizkaia y 1.444 en Gipuzkoa. Lo dicho: cifras demoledoras. En este contexto el Ayuntamiento donostiarra ha hecho pública una declaración en la que se compromete, entre otras cosas, a desarrollar un plan integral contra la violencia machista. Da la sensación de que hasta que los planes dejen de ser necesarios queda mucho por hacer.
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