«Todos los mares están contaminados por plástico y el 40% de las especies marinas peligra por este motivo». «El golfo de Bizkaia es especialmente sensible y los plásticos llegan hasta ahí por los ríos». «Cada persona genera de media medio kilo de plástico al año que puede llegar al mar». Son algunas de las cosas dichas hoy durante la presentación en el Aquarium donostiarra del proyecto científico Ulysses, de la mano del cual se desplegarán más de 1.000 dispositivos en el golfo de Bizkaia para monitorizar las basuras marinas. La consejera Arantxa Tapia ha cerrado la presentación en la que han intervenido Jorge Ballester, director de la Fundación Data For Science, y Rogelio Pozo, CEO de AZTI.
El origen
El proyecto Ulysses Data For Science surgió en 2020 como respuesta a la creciente llegada de plásticos a los océanos. En junio de ese año AZTI y la empresa aeroespacial Elecnor Deimos comenzaron a desarrollar un proyecto «ambicioso pero realizable». Después de un año de trabajo y una vez establecido el enfoque científico, se presentó el proyecto a la Dirección de Patrimonio Natural y Cambio Climático del Gobierno Vasco a mediados de 2021.
Con este precedente en marzo de 2024 dará inicio una nueva fase de Ulysses, una iniciativa científica pionera que tiene como objetivo recopilar datos sobre la contaminación por basuras en mares y estuarios. El propósito es profundizar en el conocimiento sobre la llegada de plásticos y su distribución para que sirva de catalizador en estrategias destinadas a mitigar esta preocupante situación.
«A través de la ciencia buscamos generar conocimiento que impulse acciones efectivas para preservar nuestros océanos», afirmó al respecto Jorge Ballester, director de la Fundación Data For Science, institución privada sin ánimo de lucro a través de la cual se desplegará este proyecto durante los próximos 3 años.
Esta iniciativa, participado por el Gobierno Vasco, se basa en una alianza público-privada abierta a toda la sociedad. “Es fundamental que el liderazgo institucional del Gobierno Vasco nos permita involucrar a diversos actores y garantizar que el proyecto sea inclusivo y sostenible a largo plazo”, destacó Jorge Ballester.
En qué consiste
El proyecto científico de Ulysses desplegará más de 1.000 dispositivos en el golfo de Bizkaia diseñados para fortalecer la monitorización de la deriva de las basuras marinas.
Por un lado, se utilizarán unas cámaras de videometría destinadas a la monitorización de la basura flotante en tramos de los ríos Nervión, Deba y Zadorra. Además se hará uso de tres tipologías de embarcaciones: el Ranger, equipado con avanzados sensores; los Traveller, pequeños dispositivos modulares con GPS y de gran utilidad para el análisis del transporte de corrientes marinas y fluviales, y los Wooden, pequeños barcos de madera sin sensores, que constituirán el mayor número de las embarcaciones utilizadas. Finalmente se usarán las plataformas Wavy Ocean y Littoral, desarrolladas anteriormente dentro del proyecto europeo Meloa.
Gracias a la tecnología
Ulysses se compone de cinco iniciativas interconectada: con Ulysses Sea, a través de diferentes flotas equipadas tecnológicamente, se trazarán las derivas del plástico marino en el Golfo y se geolocalizarán las acumulaciones a través de satélite. Con los datos obtenidos se trazarán mapas de deriva para la recogida posterior. Ulysses Rivers se centra en comprender el flujo de plásticos desde los ríos hasta el mar, identificando puntos críticos donde se acumulan estas basuras. Con Ulysses School y Experience, a través de actividades educativas y exposiciones interactivas, se pretende fomentar la conciencia ambiental y el compromiso con la protección del medio ambiente. Finalmente a partir de la premisa de las 4 R (Reducir, Reutilizar, Reciclar y Recuperar), Ulysses Circle promoverá la economía circular.
Rogelio Pozo, CEO de AZTI, ha destacado esta mañana que “las tecnologías desempeñan un papel crucial en la mitigación y gestión eficaz de la basura marina, lo que ayuda a reducir los costos asociados con la recogida. «Por ejemplo, en Ulysses Rivers, utilizaremos un sistema de videometría compuesto por una cámara y un algoritmo especializado en la detección de objetos flotantes que nos permite monitorear en tiempo casi real las basuras que circulan por una sección de un río”.
“Usando el método científico, podemos obtener datos precisos y realizar análisis objetivos que nos ayuden a tomar medidas efectivas para preservar y proteger nuestros ecosistemas. Es vital seguir respaldando la investigación científica y utilizar evidencia científica para orientar nuestras acciones en la conservación del medio ambiente y en la lucha contra la contaminación plástica en los océanos”, añadió Rogelio Pozo.
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