La 82 Quincena Musical llega hoy al final de su recorrido. El concierto de clausura suele ser siempre una de las citas más destacadas de la programación, y en esta ocasión la Quincena ha querido dejarlo en manos de la orquesta internacional que en más ocasiones ha visitado el festival en su historia reciente: la Budapest Festival Orchestra.
Dirigida por su fundador, el genial Ivan Fischer, la formación húngara volverá a traer una de sus características propuestas, con un programa variado e imaginativo en el que destaca la obra de raigambre más vasca que compuso Ravel, el Concierto en sol, que interpretará el pianista Dejan Lazic. Esta cita, que cuenta con la colaboración de la Fundación Banco Sabadell, tendrá lugar en el Auditorio Kursaa a las 19:30 horas.
Considerado uno de los músicos más creativos de su generación, Ivan Fischer nació en 1951 y recibió el primer entrenamiento musical en su propia familia, donde aprendió los rudimentos del piano, el violín y el violonchelo. Posteriormente se graduó en Viena, donde recibió lecciones de dirección orquesta de Hans Swarowsky y Nikolaus Harnoncourt.
La Budapest Festival Orchestra fue formada por el propio Fischer y Zoltan Kocsis en 1983 con intención de ofrecer una salida profesional a los mejores jóvenes intérpretes de su país, Hungría. En sus inicios ofrecían solo tres o cuatro conciertos anuales, pero a día de hoy es una formación estable que se ha convertido en símbolo musical de Budapest y en una referencia entre las orquesta europeas.
La OFB fue nombrada, de hecho, una de las diez mejores orquesta del mundo en un ranking elaborado por la prestigiosa revista Gramophone.
La BFO ha protagonizado grandes veladas en la Quincena Musical, que ha visitado en las ediciones de 2009, 2011 y 2014, y con especial relevancia en 2016, ya que actuó como “orquesta residente” del festival y ofreció tres conciertos. En el verano de 2018 la orquesta húngara volvió a ocupar un lugar en la programación del festival, con dos conciertos, uno de ellos junto al Orfeón Donostiarra. En esta ocasión, la orquesta llegará a San Sebastián tras realizar una pequeña gira por varias ciudades de Hungría, y después de su paso por San Sebastián, clausurará asimismo otro de los festivales más importantes de europa, el Festival de Lucerna, los días 11 y 12 de septiembre.
En esta gira, la BFO viaja en compañía de Dejan Lazic, el pianista croata más importante de su generación, con una exitosa carrera internacional que le ha llevado a actuar en los principales escenarios de Europa, Estados Unidos, Sudamérica, Asia y Australia, con orquestas como las de Atlanta, Seattle, Indianápolis, Radio Sueca, Residencia de La Haya, y las filarmónicas de Seúl, Hong Kong y Róterdam. Dejan Lazic es también compositor, especialmente dedicado a la música para piano y de cámara. Entre sus obras destaca el Cuarteto de cuerda, op.9 que escribió para Mstislav Rostropovich, con motivo de su 70 cumpleaños.
La música francesa tendrá un gran peso en el primer tramo del programa que ofrecerá la Budapest Festival Orchestra. Empezarán interpretando la inclasiflicabe Le boeuf sur le toit (El buey sobre el tejado) de Darius Milhaud, quien perteneció al famoso grupo parisino de Los Seis. Esta creación, definida por el compositor como “una sinfonía cinematográfica sobre melodías suramericanas”, nació de los recuerdos de Milhaud de su estancia en Brasil, lo que le llevó a reunir en esta partitura ritmos populares como tangos, maxixes, sambas e incluso un fado portugués. Milhaud definió su creación como “música adecuada para una película de Charlie Chaplin”, y nada más terminarla, Jean Cocteau, alma mater de Los Seis, decidió dramatizarla, creando para ella un escenario de pantomima ambientado en la Ley Seca estadounidense, un bar imaginario llamado “Le boeuf sur le toit” por el que pasan curiosos personajes como un boxeador, un enano, una dama de la moda, una mujer pelirroja vestida de hombre, un corredor de apuestas, etc.
La temática francesa prosigue con una de las obras más populares de Maurice Ravel, el Concierto en sol. Aunque se estrenó en enero de 1932, el germen de la partitura se remonta a los primeros años de la década de 1910, al proyecto de un concierto para piano sobre temas populares vascos que Ravel pensaba titular Zazpiak-Bat. La obra se malogró porque el compositor olvidó los esbozos en París cuando se trasladó al sur de Francia al estallar la Primera Guerra Mundial, pero recuperó algunas ideas para el Concierto en Sol, en cuyo primer movimiento es claramente reconocible la fisonomía de la música para txistu y tamboril. El jazz, del que Ravel pudo empaparse en su gira estadounidense de 1928, es otra influencia fundamental en un concierto que, al contrario que la mayoría de su producción, inspirada por la poesía y el exotismo, tiene algo de biográfica.
Tras dos orquestaciones de breves piezas para piano de Erik Satie, realizadas por Debussy (Gymnopédie nº 1) y Poulenc (Gnossienne nº 3), la Budapest Festival Orchestra finalizará su actuación con uno de los compositores más representativos de su país. Zoltan Kodaly, que fue un gran estudioso del folclore húngaro y un renovador del tratamiento que se le podía dar a los materiales populares en un contexto musical clásico, dedicó el poema sinfónico Danzas de Galanta al 80.º aniversario de la Sociedad Filarmónica de Budapest. La obra se inspira en los verbunkos, unas danzas típicas del pueblo romaní que el compositor había escuchado en la ciudad donde pasaba los veranos cuando era niño: Galanta, actualmente en Eslovaquia.
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