(EFE). El joven de nacionalidad española al que un tribunal del jurado consideró responsable de la muerte del menor Santi Coca, tras recibir una paliza en San Sebastián en abril de 2019, ha sido condenado a tres años y medio de cárcel como autor de un delito de homicidio imprudente.
La sentencia del caso, a la que ha tenido acceso EFE, le impone asimismo una multa de 420 euros como responsable de un delito de lesiones y le obliga a compensar con 72.438 euros a cada uno de los progenitores del fallecido y con 20.696 euros a su hermano, a quien también deberá abonar 80 euros en concepto de reparación del daño, lo que suma un total de 165.652 euros en indemnizaciones.
Además, el procesado, que ya cumplió nueve meses en situación de prisión provisional tras haber cometido los hechos, no podrá acercarse a los familiares de Santi Coca ni comunicarse con ellos durante cinco años.
Había consumido alcohol
El texto judicial destaca que el condenado «había consumido alcohol y por ello en el momento de los hechos tenía levemente afectadas sus facultades volitivas o intelectivas».
Por otra parte, la resolución absuelve a los otros cuatro jóvenes que también fueron imputados en el caso, tres de ellos tras ser declarados no culpables por el jurado (dos primos de origen rumano y un ciudadano marroquí) y el cuarto (también rumano) después de que le fueran retiradas las acusaciones durante el juicio oral.
Un sexto encausado, conocido como «el argelino» y al que una de las acusaciones atribuye haber propinado una «última y brutal patada en la cabeza» a Santi Coca durante la paliza, se encuentra fugado en paradero desconocido y no pudo ser juzgado en la vista con jurado que se celebró en la Audiencia de Gipuzkoa entre mediados de noviembre y primeros de diciembre del año pasado.
Incidente previo
Según consideró probado en aquel momento el jurado, el fatal incidente sucedió pasadas las cinco de la madrugada del 26 de abril de 2019, en el exterior de una céntrica donostiarra, donde se produjo un incidente entre Santi Coca, que por entonces tenía 17 años, y «el argelino», quien recibió un puñetazo por parte del menor, al que luego su oponente comenzó «a golpear» a su vez «con violencia».
Una agresión a la que, como recoge la sentencia del caso, el ahora condenado se «unió» junto a «otros» con «golpes y patadas» mediante los que desplazaron a Coca hasta la pared de la discoteca donde «cayó al suelo a causa de los golpes», donde volvió a ser golpeado «violentamente con patadas» por el inculpado y otras personas «en diversas partes del cuerpo, entre ellas la cabeza».
Para declarar probado este extremo, el jurado se basó en un vídeo de una cámara de seguridad que «permite identificar» al inculpado de nacionalidad española «entre las personas que agredieron» a Santi Coca».
No obstante, la resolución detalla que el acusado «no se representó la posibilidad de que Coca pudiera morir», aunque sí «era fácil darse cuenta del riesgo que creó» con sus actos, de tal modo que «cualquier otra persona en su lugar» se habría apercibido «de ello».
El hermano le intentó proteger
Mientras el menor permanecía en el suelo, su hermano «le intentó proteger», momento en el que el acusado también le «golpeó», con ánimo de «menoscabar su integridad física», y le ocasionó «contusiones en la mandíbula derecha y en la espalda».
Tras la agresión, la víctima ingresó en el Hospital Donostia pasadas las 5.15 horas «en parada cardiorrespiratoria» y tuvo que ser reanimada «cardiopulmonarmete durante cuarenta minutos».
Dos días más tarde, el 28 de abril, falleció a consecuencia de una hemorragia cerebral «generalizada» que le provocó la «destrucción de los centros vitales encefálicos» y que fue debida a «los golpes recibidos» que le provocaron la ruptura de «vasos del espacio subaracnoideo».
Esta sentencia de la Audiencia de Gipuzkoa aún no es firme, ya que aún cabe interponer un recurso de apelación en su contra ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).
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