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Jaione García: «Todos mis trabajos tienen una fuerte conexión con el territorio»

DonostiTik habla con la fotógrafa de Errenteria, ganadora por Gipuzkoa de la primera edición del festival de fotografía de Euskal Herria Argazkia.Eus 

Jaione García Sanesteban muestra su obra en el encuentro fotográfico de Euskal Herria ARGAZKIA PUNTU EUS. Foto: Gustavo Bravo

La primera edición del festival de fotografía de Euskal Herria Argazkia.Eus que se celebró a inicios de octubre en Aretxabaleta echó el cierre dejando muy buen sabor de boca y con promesa de continuidad. DonostiTik entrevista a la ganadora en territorio gipuzkoano, la fotógrafa de Errenteria Jaione García Sanesteban. La ya veterana, que forma parte del colectivo fotográfico Gu Argazki Taldea, considera su labor «una vía de escape».

Jaione Garcia Argazkia.Eus @Gustavo Bravo 31 1024x682 - Jaione García: "Todos mis trabajos tienen una fuerte conexión con el territorio"

Usted ha ganado en Gipuzkoa con una serie sobre la txalaparta. ¿Cómo surgió esta idea y cómo ha sido su desarrollo?

Este proyecto se empieza a fraguar hacia el año 2018 por varias razones: por un lado, yo ya llevaba tiempo queriendo hacer un proyecto fotográfico sobre algún tema relacionado con la cultura vasca y por otro lado, en ese momento tenía bastante relación con las integrantes del grupo de txalaparta Bihotx, a las que había hecho fotos en algunas de sus actuaciones. Se me ocurrió que podía ser un tema interesante para un proyecto fotográfico y empecé a prepararlo. Empecé a leer sobre la txalaparta, a indagar en las diferentes teorías que hay sobre su origen y sobre sus usos, sobre su historia y a reflexionar sobre las sensaciones que me produce su música.

Jaione Garcia Argazkia.Eus @Gustavo Bravo 26 2 938x1024 - Jaione García: "Todos mis trabajos tienen una fuerte conexión con el territorio"

A partir de ahí comencé a hacer las fotos: a las txalapartaris tocando (en una sesión de fotos que preparamos expresamente para este trabajo), en la Sagar Uzta de Astigarraga, a varias parejas de dantzaris en una actuación y en salidas a diferentes paisajes del entorno, para completar el trabajo y mostrar la txalaparta desde diferentes vertientes y puntos de vista.

Al final han sido varios años de fotografía y edición, de intentos fallidos, y de búsqueda de diferentes caminos que han llevado a lo que ha resultado ser «Ttakun».

Dentro de esta serie, ¿ha desechado muchas fotos?, ¿es difícil seleccionar?

El trabajo de edición es de lo que más me cuesta. Hay fotografías que me encantan que se han tenido que quedar fuera de la selección final porque no mantenían la coherencia (temática o estética) que estaba buscando. Son decisiones que cuesta tomar… Así que he dejado fuera muchas fotos, sí. En este proyecto en concreto, al contener fotografías con mucho movimiento, me han hecho falta muchos intentos para conseguir la fotografía que estaba buscando.

Imagino que habrá valorado presentar otra serie. ¿Por qué se decantó por esta temática?

Para el concurso de Argazkia.eus me parecía muy importante que el proyecto presentado tuviera un fuerte enlace con mi tierra, y por eso me decanté por éste sobre la txalaparta. Además es un proyecto que me encanta y al que le tengo mucho cariño.

Sin embargo leo que habitualmente fotografía paisajes urbanos. ¿Es así?

Durante estos últimos años he pasado por varias fases en lo que a fotografía se refiere. He tenido momentos más centrados en arquitectura y paisaje urbano y en este momento estoy explorando otras temáticas y técnicas.

Todos mis trabajos tienen una fuerte conexión con el territorio. Me parece que el lugar donde suceden las cosas ayuda a explicarlas, que el entorno y sus características nos atraviesan y nos afectan de manera determinante en cuanto a carácter, costumbres, cultura, mitos y leyendas, forma de estar en el mundo, etc. Por eso, cuando quiero trabajar sobre una idea, me parece muy importante contextualizarla en lo que respecta a su territorio. Es otra manera de trabajar el paisaje, tanto el urbano como el natural.

¿Qué opinión le merece el nacimiento de este concurso?

Me parece fantástico que surjan estas iniciativas. Tener un espacio como este para poder mostrar un trabajo, que permite una presentación y una exposición es estupendo, más cuando las presentaciones son abiertas al público y puedes compartir con personas con las que tienes intereses comunes. Además, que sea un concurso que ponga en el centro la fotografía creada en nuestro territorio y la vinculación con el mismo, creo que es un valor.

También destacaría que ha sido una oportunidad preciosa para conocer a otros autores y autoras de mi entorno, y para  poder acercarme a su trabajo de una manera más personal y cercana.

¿Tiene relación con otros fotógrafos de su generación?, si es así, ¿cómo ve la salud de esta disciplina en Gipuzkoa y Euskadi?

Tengo bastante relación con diferentes fotógrafos y fotógrafas de mi generación, y también de otras generaciones. De hecho, desde hace unos años un grupo de compañeros y compañeras formamos el colectivo fotográfico Gu Argazki Taldea, en el que nos apoyamos en el desarrollo de nuestros proyectos, y nos acompañamos en estos procesos. Gracias a ellos voy sacando adelante mis trabajos, y para mí, su apoyo es imprescindible.

Creo que en Gipuzkoa hay una muy buena salud fotográfica, con gente haciendo cosas súper interesantes a niveles muy diferentes. Por ejemplo, gracias a la colección Gabriela Cendoya Bergaretxe del museo de San Telmo, hay mucho interés en el tema de los fotolibros, y hay otras escuelas e iniciativas que sirven de paraguas a muchos autores y autoras. Hay mucha gente, a título individual y colectivo, haciendo cosas muy muy interesantes.

¿Tienen posibilidades de exponer de forma frecuente?, ¿qué pediría en este sentido?

El tema de las exposiciones es complicado. Yo he tenido la suerte de poder hacer tres exposiciones individuales y a una exposición colectiva. Pero es complicado acceder a las salas de exposiciones y conocer los cauces por los que se puede proponer una exposición, así como el tipo de trabajos que se priorizan en cada lugar.

Otro tema para tener en cuenta, además del espacio, es el del coste de producción de cada muestra. Con carácter general y dependiendo de los materiales que se quieran utilizar, las exposiciones resultan bastante caras. En el caso de las salas a las que he tenido acceso (tanto yo como la mayoría de la gente de mi entorno), salvo algunas honrosas excepciones, en la mayoría de los casos no se dan ayudas a producción, es decir, no ayudan monetariamente a la producción de las exposiciones. Suele ser el propio fotógrafo o fotógrafa quien tiene que pagar de su bolsillo la exposición, que suele costar varios cientos de euros. Es una pena que el coste de producción y la dificultad de acceso a las salas puedan dejar trabajos muy interesantes en el cajón…


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