La jugadora de IDK Toch Sarr jugará mañana contra Extremadura su partido número 201 en la Liga Dia, una efeméride que sirve para recordar los inicios de esta senegalesa en las canchas.
Toch comenzó a jugar en su localidad natal, Dakar (Senegal), donde destacó desde muy joven: fue llamada por primera vez por la selección absoluta con 16 años. Su objetivo entonces era ir a Estados Unidos para estudiar y jugar allí. «Quería ir al instituto y luego a la universidad para compaginar estudios y baloncesto, pero no pude ir porque justo fue el atentado de 2001 y rechazaron todos los visados. Me enfadé mucho y no tenía un plan B, así que seguí estudiando y jugando en Senegal», cuenta la ala-pívot, que el 25 de enero cumplió 35 años.
Frustrada la opción de marcharse a Estados Unidos, Toch Sarr llegó a Europa: «Me salió la opción de jugar en Austria, estuve temporada y media en un equipo de Wels, en el norte, y de ahí fui a Francia, donde jugué un año».
Su siguiente parada ya fue España: «Al principio no podía jugar a baloncesto por tema de papeles y permiso de residencia. Tenía que ir a mi país para coger el visado, pero no quería volver y decidí quedarme. Estuve en Granada, donde trabajé de camarera en un restaurante. Hice una prueba con el equipo Canal Isabel II de Madrid, pero seguía sin papeles, así que volví a Granada. Cuando logré los papeles llamé a los equipos para hacer una prueba, había algunos interesados y fui a Tárrega para jugar la temporada 2005-06 en Primera Nacional».
De ahí pasó a Bembibre (donde nació su hija mayor, Maguette), luego fue a Ferrol y en 2009 aterrizó en Donostia. Con todo dos años después, en 2011, fichó por el Spar Citylift Girona, haciendo su debut en la Liga Dia. Pero volvió a Donsotia en 2013 cuando recibió la llamada de Azu Muguruza para reforzar al IDK Gipuzkoa de cara al curso 2013-14, el primero del club en la máxima categoría.
«Cuando me llamaron, no dudé», dice Toch: «Me fui dejando al equipo en Liga Femenina 2, pero estuve muy a gusto, así que cuando subieron y me dijeron para venir, lo tuve claro».
La senegalesa está orgullosa de haber alcanzado los 200 partidos en Liga Dia (56 con el Girona y 144 con el IDK Gipuzkoa). Más teniendo en cuenta que en 2014 dio a luz a sus mellizas (Diarra y Khodia) y en 2016 sufrió una grave lesión en la rodilla izquierda -rotura de ligamento cruzado anterior, ligamento lateral interno y menisco externo de la rodilla izquierda-. «Ni me creo una cifra así después de los embarazos y la lesión, me alegro de poder estar aquí hablando de que llevo 200 partidos en la Liga Dia y de que sigo en el IDK Gipuzkoa. Me encuentro bien y me cuido para seguir así».
Parece difícil poner fecha de caducidad a una jugadora que, pese a tener 35 años recién cumplidos, demuestra semana tras semana encontrarse en muy buena forma: «Ojalá siga así, me siento bien. Es cuestión de querer y de escuchar el cuerpo. No sé cuánto tiempo seguiré jugando, dependerá de mi cuerpo. Lo que pueda. Dos o tres años, no sé». Eso sí, le gustaría poner fin a su carrera en Donostia: «Estoy a gusto aquí desde hace años. Mi familia está aquí, mis mellizas nacieron aquí y en el club me tratan como en casa. Lo que me queda me gustaría disfrutarlo con el IDK Gipuzkoa».
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