Lo de Jon Ruiz por el Zinemaldi no es afición, es militancia. No habrá muchos cinéfilos en el mundo con una colección de autógrafos más valiosa. Desde Robert de Niro a Susan Sarandon, desde Lauren Bacall a Keanu Reeves, más de 2.000 actores y directores de primera línea le han dedicado unos segundos y una firma a este bloguero donostiarra, informático de profesión, que se dirige a ellos con aparente desparpajo aunque asegura que le invade cierto pudor. Sus ámbitos de actuación son las ruedas de prensa del Festival de San Sebastián y la puerta del Hotel María Cristina, donde ha pasado horas. O días. Y donde su cara es muy conocida. Este año no habrá autógrafos. Las medidas anunciadas por la Organización para evitar el coronavirus impedirán las distancias cortas con los protagonistas del evento. Y duele. Aunque aparentemente no será un año con muchos famosos… y el autógrafo del Premio Donostia Viggo Mortensen ya lo tiene.
¿Cómo empezó su afición por el cine y la caza de autógrafos?
La afición empezó en las salas pero también gracias al vídeo club, que ha sido muy importante en mi vida. En casa veíamos de todo. Respecto al festival, de pequeño, íbamos a la playa y después a ver el paseo de los famosos entre el Hotel María Cristina y el Teatro Victoria Eugenia. Y me caló. En el año 91 empecé a pedir autógrafos y ya no llevo la cuenta pero serán más de 2.000.
¿Cuáles son los más importantes?
Quizá los premios Donostia, pero en realidad todos me hacen ilusión. Robert de Niro, Al Pacino, Keanu Reeves, Susan Sarandon, Jeremy Irons, Lauren Bacall, Emma Thompson, Anthony Hopkins, Robert Mitchum… Son muchos años acreditándome en el festival y viene gente muy grande.
¿Cuál es el que más emoción le causó?
Quizá el de Luis García Berlanga. Lo admiro muchísimo, disfruto mucho de sus películas. Y el de Denzel Washington. Pero me hacen ilusión todos y me gusta cuando pido un autógrafo a alguien que todavía no es conocido y al tiempo se vuelve popular.
¿Cuál es ese autógrafo sin el que teme quedarse?
Fallecidos Olivia de Havilland y Kirk Douglas ya no quedan clásicos en Hollywood.
¿Cuál es el famoso que mejor queda en las distancias cortas?, ¿y al contrario?
Me acuerdo ahora de Emma Thompson porque es increíble. Se iba de Donostia, tenía prisa por coger el avión, pero había un grupo de gente pidiendo autógrafos y ella seguía firmando sin una mala cara aunque la azafata no sabía qué hacer. Y Tom Hiddleston, que ha venido dos veces, una con ‘The deep blue’ sea y la otra con ‘High rise’ cuatro años después. La primera vez no era muy conocido y andaba por el festival como Pedro de su casa con ese porte británico característico. Muy atento. En general todos los británicos lo son, la verdad. Cuatro años después seguía igual de majo pero ya era conocido por las películas de Thor y todo el mundo iba detrás de él.
Luego hay actores jóvenes que igual han tenido un éxito que les viene grande. Robert Pattinson estuvo muy distante hace dos años. Otras no son tan jóvenes, como Demi Moore, pero cuando vino estuvo jugando al escondite con los aficionados.
Recuerdo que Frances McDormand se portó mal con el público, estuvo muy rancia. No firmaba autógrafos y no dejaba que le sacaran fotos ni a distancia. No respondió al público y fue una verdadera pena con su talla y talentazo.
Si le vinieran mal dadas en el futuro… ¿vendería la colección?
Definitivamente… no. Tengo una pasta en autógrafos, pero nunca los vendería. Es mi colección y es personal. Cuando vino Keanu Reeves, un chico me pidió el autógrafo para su novia pero ni le quise preguntar por cuánto. Es mi movida, es mi hobby.
¿Ha pedido alguna vez un autógrafo para otra persona?
Sí. Para mi amigo Joseba le pedí uno a Michael Douglas. Creo que será la única vez. Y yo no pido a otros que me los consigan porque me gusta estar con el famoso. De hecho no sólo pido autógrafos, procuro preguntar siempre en las ruedas de prensa. Es una oportunidad única tener delante a quien admiro. ¿Cuántas veces voy a poder hablar con Denzel Washington?, ¿o con Judi Dench?
¿Todo listo para asaltar a Viggo Mortensen este año?
Es que ya ha venido varias veces y tengo su autógrafo. No tengo una foto en condiciones con él y me gustaría. De todas formas estoy mentalizado, como el resto de los compañeros, de que no va a poder ser. Dudo de que podamos acercarnos a ellos como siempre y cambiar bolis y cuadernos…
¿Cuántos años lleva acreditado en el Zinemaldi?, ¿es su ámbito de actuación o también busca autógrafos en otros foros?
Acudo acreditado desde 2006, pero también pido autógrafos en Sitges, y en la Semana de Terror de Donostia alguno ha caído. A Charles Dance se lo pedí en la Quincena Musical en que vino a recitar y a Springsteen cuando vino a dar el concierto a Donostia.
Todos hemos barajado que no se pudiera celebrar el Zinemaldi este año. ¿Qué significaría para usted?
Yo me tomo mis vacaciones durante el festival para poder aprovecharlo. Sería muy raro. No sólo para mí, para todos. Pero hay que pensar que el año que viene estará todo normalizado.
Además de su afición por el cine usted tiene un grupo de teatro y colabora con numerosas actividades culturales como el Bang Bang Zinema. Y reconozcámoslo: circula el rumor de que usted es Pijamaman. ¿Me habla de esa faceta suya?
Tengo un grupo, un dúo más bien, que se llama Dosekilibrados, con Deibiz Eraso. Nos juntamos hace años porque tenemos aficiones teatrales comunes y queríamos hacer algo juntos para reírnos. Me gusta subir al escenario y si puedo hacer el ganso mejor. Pero estoy abierto a todos los géneros. Y voy a donde me llaman. Con Bang Bang Zinema estoy encantado de colaborar. Se lo montan genial y nos lo hacen pasar tan bien… que voy con ellos hasta el fin del mundo. También estoy metido en Donosskino.
Por cierto, no sé de dónde sale ese rumor, pero definitivamente no soy Pijamaman. Sí sé que ahora está en plena lucha contra el coronavirus y parece que no le van bien las cosas, pero yo estoy convencido de que al final vencerá.
Tengo una curiosidad. Usted se pasea por la Semana de Cine Fantástico y de Terror con una cabeza. ¿De dónde sale ‘Robertito’?
De un concurso del festival de terror en que me disfracé de carnicero loco e iba con esa cabeza. También llevaba unas piernas, unas manos y mucha sangre. Me hizo gracia llevar a Robertito y durante la Semana de Terror ya es parte de mí. No le doy fiesta. Y a él le encanta ver otras cabezas cortadas en la pantalla.
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