Hace 10 años, el documental Europa en 8 bits exploraba un fenómeno muy particular que estaba conquistando la escena de la música electrónica underground. La nueva corriente mostraba a un grupo de artistas y djs reinterpretando el sonido de las viejas consolas y ordenadores como Game Boy, NES, Atari ST o Commodore 64 en excitantes sesiones que invitaban al baile y llenaban las salas del Viejo Continente. Sus autores bebían de la nostalgia ochentera otorgándole un nuevo significado a las melodías de los cacharritos, lo que la revista Jotdown calificó con acierto de “musiquita chorra del ayer”.
Mikel Bengoetxea, un joven de 29 años que toca la guitarra y canta en un nuevo grupo indie llamado Badmintones, aporta su propia definición: “Es la música que suena como si fuera un videojuego antiguo. Tiene su origen en la limitación técnica y sonora que tenían las consolas en su época y se ha convertido en el sonido característico del Super Mario, Tetris, etc”. Él ha hecho su propia revolución con música 8 bits y un innegable sello donostiarra.
Bajo el alter ego de Beng Hoven, el 20 enero de 2022 subió a su cuenta de bandcamp el cancionero completo del día grande de San Sebastián con el característico sonido de las maquinitas que triunfaron en los 80. “El año pasado tuve la idea de hacer las canciones de la Tamborrada en 8 bits, porque empecé con la Polka y me pareció una canción que podía encajar con un videojuego”, explica minutos antes de llevar el experimento titulado Hyrulear Danborrada al directo. “A la gente le gustó y acabé haciendo todo el repertorio”, añade.
A las versiones de los grandes clásicos del maestro Raimundo Sarriegui (Marcha de San Sebastián, Diana, Tatiago e Iriyarena), Bengoetxea ha incorporado otras composiciones populares hasta configurar un curiosísimo álbum de diez temas que anoche fue interpretado por primera vez ante el público que llenó el espacio cultural Kontenedora de Amara. Una luz roja de discoteca ambientó la actuación, envolviendo el local en una atmósfera sugerente al redoble de los tambores.
El músico donostiarra contó con la colaboración de otro artista local al tambor electrónico, Xabi Abel, excantante de Luma, durante un set que duró aproximadamente media hora y arrancó más de una sonrisa con una visión distinta y contemporánea de la conocida partitura.
“Esto es una manera de buscar alternativas acordes al siglo XXI y no dar tanto la chapa con tambores que suenan 24 horas seguidas debajo de tu casa”, afirma Bengoetxea, consciente al mismo tiempo de las restricciones de un proyecto circunscrito a unas fechas concretas. Difícilmente encajaría la Marcha de San Sebastián fuera de su contexto. “Evidentemente, lo haces en agosto y no tiene sentido. Como mucho se podría hacer la noche del 19 de enero, vas a Azpeitia y al día siguiente vuelves a Donostia en una mini gira”, bromea. De momento, ya ha demostrado que otra Tamborrada más innovadora y original es posible.
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