Como cada mes de octubre, una nueva Edición de San Sebastián Moda Festival aterriza en los enclaves con más encanto de nuestro territorio. Sin duda, cabe destacar el Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria. Todos los amantes de la moda y su historia entenderán que es emocionante para un diseñador presentar sus creaciones en la casa del maestro. Considerado como uno de los grandes creadores de la alta costura, los inicios del diseñador se gestaron en esta casa convertida ahora en el museo que lleva su nombre. Un museo que con mucho orgullo podemos decir que está en nuestra tierra.
Este ha sido mi primer año al otro lado del backstage y, aunque bien es cierto que es un evento donde nos reencontramos con mucha gente y en mi caso, con grandes amigas, me he dado cuenta que el Museo Balenciaga no solo emociona a los diseñadores sino que el entusiasmo se palpa en el ambiente.
En esta ocasión, la alegría venía por partida doble. Los y las diseñadores de Kutxa Kultur Moda pisaban de nuevo la pasarela del museo getaiarra. Ya lo han hecho en otras ocasiones pero es muy gratificante verles compartir espacio con grandes diseñadores de nivel nacional como Jorge Redondo de la firma Redondo Brand.
Kutxa Kultur Moda mostró el trabajo de los actuales diseñadores residentes: Oksana Lobas, Urdai, Ural y Álvaro Azkue además de la reflexión de toda la comunidad con la que lleva trabajando en los últimos once años bajo dos premisas: el color blanco y la identidad de género. Cada diseñador interpretó estas dos ideas a través de una pieza textil. Una nueva manera de mostrar su sensibilidad respecto a temas de actualidad.
Para contextualizar este concepto, Gosho presentó un fashion film titulado ‘Lotura Mutuak’, un corto intimista enmarcado en un poema de Leire Vargas, ganadora del Premio Literario Kutxa Ciudad de Irun 2021, en la modalidad de poesía en euskera. La voz en off que se escuchó durante la proyección era de la propia literaria. La fantasía del maquillaje venía de la mano de Andrea Sagarzazu y la modelo protagonista era Suvdae que además fue la encargada de abrir el desfile.
La sensibilidad y la propia expresión de cada diseñador daba comienzo al show: Nerea Lurgain, Álvaro Azkue, Clara Virgili, Urdai, Ural, Haizea Arranz, Lavandera, Hamarhamairu, Maider Alzaga, Nahia Salaberria, Oksana Lobas, Ansola&Oliveira, Laza Clothing, Neela, Tocados OH, Ione Iruretagoiena, Amarenak y Soia Bridal.
Tras este emotivo recorrido a los diseñadores que han convivido en la comunidad de Kutxa Kultur Moda, los cuatro residentes presentaron sus colecciones.
Urdai mostró una colección exaltando la belleza de las distintas siluetas, de la superposición, las asimetrías, los fruncidos o los volúmenes, tan característicos de la marca. Apuesta por acabados perfectos o imperfectos pero siempre delicados. Sus prendas oversize se mezclan con piezas más románticas definiendo nuevas formas. Para esta marca donostiarra la talla ideal no existe y por eso sus prendas se adaptan a todos los cuerpos.
La diseñadora ucraniana Oksana Lobas Zayats presentó ‘Event’ donde las piezas están confeccionadas con tejidos naturales. Los tonos coral, el lino de color natural y un toque sofisticado componen una colección cápsula donde los detalles en puños con abotonadura, las mangas farol o los pantalones culottes son protagonistas. Nos enamoró un kimono con el que la propia Okasana hizo un guiño a Cristóbal Balenciaga.
La historia de Ural nace a partir de las ideas impuestas por la sociedad sobre como debe ser o actuar una mujer. Parte de la deconstrucción de esa percepción deshaciendo la idea de la silueta de la mujer. No renuncia a la feminidad ni la delicadeza. Los blancos combinados con colores naturales tiñen está colección confeccionada con tejidos reutilizados de cortinas. Su pieza estrella, el corsé.
Álvaro Azcue trabaja sobre lo que conocemos como la apariencia masculina. El diseñador aboga por el ‘arquetipo’ y los códigos estéticos. Utiliza los códigos visuales, las prendas, las siluetas y los acabados en una nueva perspectiva que pretende generar nuevas narrativas a un entorno imaginario masculino y constructor social.
La firma nacional Redondo Brand cerró una noche mágica donde sus creaciones estuvieron llenas de color, feminidad y donde la mezcla de texturas fueron protagonistas: seda y tafetán combinados a la perfección con chaquetas tweed y blazer oversize. Vestidos fluidos con movimiento, transparencias y detalles en forma de flecos o lentejuelas. Una colección que os puedo asegurar que enamoró a todos los allí presentes.
Otro de los lugares, convertido ya en habitual, es el Museo de San Telmo, en la Parte Vieja donostiarra. Sus espacios, su arquitectura y su situación entre el mar y la montaña lo convierten en uno de los preferidos de las marcas. El museo alberga una jornada de desfiles donde reconocidas marcas vascas presentan sus nuevas colecciones para la próxima temporada.
Alex Vallejo Joyeros sorprendió con un desfile dedicado a los enfermos de cáncer donde la Compañía de Danza Verdini lució sus joyas al compás de la música. También fue especial la puesta en escena de Sastrería Aldabaldetreku, con Irma y Ángel a la cabeza, apostando por una de sus marcas fetiches, Ramón Sanjurjo. La diseñadora donostiarra Amagoia Etxeberría se estrenaba en la pasarela de San Telmo con su colección Adorea. La tolosarra Inge Zubeldia volvía después de dos años para presentar Mimosa y El Atelier Nupcial de Zarautz clausuró la edición con las maravillosas creaciones de YolanCris, la marca catalana que triunfa en Nueva York.
No puedo de dejar de citar los desfiles en el barrio de Altza y en el centro comercial Garbera ya que son un importante escaparate para el comercio de nuestra ciudad. Son muchas las tiendas de Donostia las que participan en esta iniciativa reivindicando la importancia de estos comercios donde el trato con el cliente y la excelencia son su valor más preciado.
Ahora toca esperar la próxima edición de primavera donde estoy segura que la moda vasca volverá a sorprendernos.