¡Hola a tod@s! Hace poco en Stiloskopio os hablábamos del primer desfile de este año organizado por Kutxa Kultur Moda. Y como también os dije entre los muchos propósitos para este año está el de buscar y promocionar talento local. Así que nos hemos puesto manos a la obra y hemos dirigido nuestros pasos a la cuarta planta de Tabakalera, donde Kutxa Kultur tiene su “Fabrika” de moda. Ahí es donde los 5 residentes seleccionados para este año están recibiendo asesoramiento y trabajando en sus colecciones.
Lo primero que hicimos fue hablar con Mikel Mendarte, director Kutxa Kultur, entidad que desde 2010 ha apoyado “sobre todo, el talento amateur” en sectores tan diversos como la música, la moda, el arte, el cómic o el cortometraje. La crisis, como a todos, también les pegó fuerte, pero se mantuvieron firmes «porque hay gente que tiene mucho talento y que podría, profesionalmente, dedicarse a ello pero le faltan oportunidades o medios”. Y ahí es donde entra Kutxa Kultur que, “con entidades especializadas de diferentes ámbitos”, hace una selección del mejor talento emergente guipuzcoano.
En lo que a nosotros nos atañe, la moda, a los diseñadores residentes los elige un comité de selección formado por BIAAF – Bilbao International Art and Fashion, el Museo Balenciaga, la escuela de moda AEG y el Clúster de Moda de Fomento San Sebastián. Como resume Mikel, “gente especializada del sector elige a quién apoyar”.
Y así, durante un año, los diseñadores residentes “reciben formación económica básica de cómo se monta una empresa, cómo calcular la viabilidad de un negocio”, además de aprender a identificar cuál es la línea de negocio que hay que desarrollar. Porque “aunque a uno le guste el ámbito artístico tiene que comer”, y “quizás necesite una línea de complementos o algo más comercial, quitar cosas para centrarse en algo”. En definitiva, “se les ayuda en ese proceso primero de forma general y luego con tutorizaciones individuales”. Pero, sobre todo y ante todo, “tienen que currar”.
Destacan las “colaboraciones con otros agentes” o socios estratégicos, como por ejemplo Pukas, que cede neoprenos que han salido defectuosos para poder reutilizarlos en el diseño de ropa o complementos. Es esencial también “el trabajo con gente muy profesional y con criterio en el mundo de la moda” como es Tytti Thusberg, consultora externa en este proyecto y empresaria.
Junto a ella entramos en la Fabrika de la moda o de los sueños, podríamos decir. Porque ante nosotros se abre el espacio donde se hace la magia. Donde los diseños pasan de la mente de estos jóvenes prometedores y del papel a cobrar forma y hacerse realidad en los tejidos seleccionados. Para Tytti Thusberg, diseñadora con más de 20 años de experiencia en el mundo de la moda, este proyecto es “muy importante”. Y no sólo por el apoyo a los diseñadores amateurs y al talento local, sino porque se da “un punto de vista un poco más fresco y amplio de la moda” ya que “hay varios tipos de propuestas” y las respetan todas “tal y como son”. Destaca que “es moda independiente, alternativa”, “propuestas que, en comienzo, son pequeñas pero que pueden ir creciendo”. También insiste en “la sostenibilidad” del proyecto: “son productos hechos aquí en Gipuzkoa, en Donostia, la mayoría lo confecciona, todo se queda aquí”.
Su trabajo en el proyecto es, sobre todo de “asesoramiento” y se basa en su “experiencia como diseñadora y también como empresaria”. Dice que puede aportar porque sabe “cuál es el camino, qué problemas se van a encontrar los diseñadores, soluciones, cómo conviene empezar cuando eres joven y no tienes recursos económicos”. “Consejos” basados en su “experiencia y en la de colegas a nivel internacional” porque “todos estamos luchando por las mismas cosas, independientemente de dónde estemos”.
Thusberg ve la moda local “muy bien” con “Balenciaga siempre como referente por sus diseños atemporales y tan bien elaborados, casi como si fuera arquitectura”. “La moda local está en buen camino” porque, culturalmente, “hay idea de respetar materiales, de simplicidad y sostenibilidad en el diseño”. Cree que “después de unos años de consumismo loco compulsivo se ha vuelto a valorar lo artesanal, lo duradero, lo exclusivo”. Porque “si adquieres una prenda hecha a mano, a tu medida, no lo usas sólo una temporada ni dos, sino más”. “Se busca la atemporalidad pero teniendo un toque personal”. Y es rotunda al decir que “las cosas bien hechas son sostenibles”, aunque es “un campo en el que hay mucho que hacer todavía”.
Y entre máquinas de coser industriales y las enormes mesas de corte, donde se sienten como pez en el agua, nos atienden y hablamos con los 5 diseñadores residentes de este año: Nuria de Oliveira, Marta Arribas, Clara Virgili, Samuel Prince y Gino Rojas. Y entiendes que se entusiasmen hablando de su futuro, de los proyectos que vendrán, porque aquí les ayudan a hacerlos realidad. No sólo porque les ponen a su alcance unas instalaciones y un equipamiento que en otras circunstancias sería complicado tener, sino porque además del asesoramiento jurídico y la formación económica que reciben, les representan, promocionan y difunden sus creaciones para su comercialización. Algo al alcance de muy pocos privilegiados.
“El apoyo en publicidad y los desfiles que dan más visibilidad” es lo que destaca Nuria de Oliveira de esta residencia. Además del espacio y las instalaciones. Ella, que hasta ahora trabajaba en casa, dice que “no tiene nada que ver: aquí puedes desplegarte un poco más”. Nos comenta que cuando entró aquí tenía “la idea de que me quiero dedicar a esto, pero tampoco sabía cómo centrarlo y al final te ayudan a aclarar tus ideas y decidir qué quieres hacer en el futuro”. Ella tiene claro que ahora quiere “hacer prêt à porter”. Aún no sabe si tendrá “tienda propia”, si venderá en “tienda multimarca u online” pero su idea, “en un futuro, es crear una marca de prêt à porter y focalizar el producto”.
A Marta Arribas le parece especialmente interesante la “opción de asistir a cursos y masterclass en el Museo Balenciaga”, además del espacio y la maquinaria que tienen a su alcance. A ella el estar aquí también le ha aclarado las ideas respecto a qué quiere hacer con su creatividad. “Tiro más por la moda nupcial”, afirma, aunque considera que necesita más experiencia antes de dar el paso de tener marca propia. Con el tiempo aspira a tener su propia marca nupcial.
La residencia en Kutxa Kultur Moda también ha ayudado a tener las ideas más claras a Clara Virgili, Samuel Prince y Gino Rojas, pero eso os lo cuento en el próximo post de Stiloskopio. Tendréis que tener un poco de paciencia. En breve, volvemos a la “Fabrika” de sueños donde la moda se hace realidad. ¡Hasta pronto!