Fotos: Santiago Farizano
¡Hola, de nuevo! Continuamos con mi particular análisis de las comparsas. Si algun@ no las ha podido ver aún, la última oportunidad será el 16 en Bidebieta. A ver si tienen suerte y no les llueve.
Por si no lo sabíais, en la presentación oficial, la que se hace en Illunbe en vísperas del Carnaval, cada comparsa tiene aproximadamente 3 minutos para presentar sus propuestas creativas: diseño de vestuario, coreografías y, por supuesto, espíritu festivo.
Es evidente que en esa presentación es importante la coreografía y la indumentaria más aún. Pero cada vez tengo más claro que la actitud de los miembros de las comparsas es esencial. Sus ganas, su fuerza. Puede que el Velódromo impresione y también es complicado estar delante del jurado, pero allí las comparsas están a cubierto y con una pista de baile preparada. No es la calle y no hay gente casi pegada. Que mejor ocasión para darlo.
Volviendo a nuestro repaso, me pareció muy bien documentado el vestuario de Dance Factory y sus “Dioses de Egipto”. Vestidos ceñidos al cuerpo con adornos al cuello y cinturones a la cadera, corsés en oro y shentis en blanco o negro. Además de unos tocados muy trabajados. El punto espectacular lo ponían las alas con luces incorporadas.
Con Eclipse y su “Boda Hindú” intuimos la espectacularidad y derroche de una cultura que hace de las bodas una fiesta a gran escala. Vestuario muy vistoso y colorido mezclando el azul y el amarillo, o el verde y el rosa. Ellas con sari y la blusa corta o ravika en tela tipo satén, raso o similar. Ellos con caftán largo, pantalón y chal. No podían faltar los adornos en oro: anillos, collares, pulseras y cadenas.
Txingor quiso emular “El gran showman” y no resulta fácil. Coreografía y diseños con buena intención, pero a falta de detalles. Monos tipo segunda piel con bodys superpuestos en colores brillantes con volúmenes en la cadera. Los diseños más trabajados fueron los de los maestros de ceremonias con casaca roja y adornos en oro y las mujeres barbudas de morado con tules rosa.
La comparsa boliviana Mi nuevo Potosí mostró la danza folclórica típica del país, “El Brincao”. El vestuario de este año era mucho más sencillo que el del pasado, muy espectacular. Ellas con vestidos de largo medio, color crema, volante en el bajo y estampado musical. Ellos con camisa azul estampada de manga corta y pantalón blanco. Sin complicaciones.
Muy ambiciosa me pareció la opción de Furius y su «Yo fui a EGB». Para los espectadores resultaban difíciles de entender algunos disfraces y, además, en algunos casos estaba limitada la movilidad de los comparseros. Cerditos hucha, El principito, teléfonos con rueda, cintas cassette, las páginas amarillas, los gallifantes y los pezqueñines, la vespa y el seiscientos, David el Gnomo o Willy Fog. Y todos los tejidos disponibles en carnaval mezclados unos con otro de todas las formas imaginables. Un tanto recargado.
Aunque ya a estas alturas estemos pensando en verano, Fama presentó una “Fantasía Invernal”. Organizada, muy bien diseñada y con mucho brillo y color. Desde las pelucas y los tocados, a los trajes dos piezas con faldas cortas o largas con mucho volumen y vuelo, o los pantalones semi cortos con casaca. Bolas de navidad, espumillón, bastones de caramelo, galletas de jengibre, hasta copos de nieve.
Me declaro bailonga, así que ver “El circo de los horrores” de Show Time hizo que me levantara de la silla. Qué energía, qué fuerza, qué gozada. Y me consta que no se limitaron a darlo todo en la presentación del jueves. En la calle es más de lo mismo. Es verlos y te vienes arriba, transmiten energía de la buena. Ellas con faldas tipo tutú con tops y camisetas ceñidos al cuerpo para facilitar los movimientos, algunos con cinturón. Ellos con pantalones amplios, levitas sin mangas o chalecos con capucha en tejido imitación piel.
Muy correcto el “Cabaret” de Gure Elkartea. Sin complicarse demasiado, pero con diseños claros y bien confeccionados. Levitas blancas en raso con short negros y plata, medias negra y zapatos salón blanco. Bodies rosas con chaleco negro incorporado y sobrefalda de lamé rosa con volantes y pajarita lentejuelas en el mismo color. Ellos con camisa blanca, tirantes y pantalones negros con lentejuelas plateadas. Sin excepción guantes cortos en blanco o rojo y bombín.
Súper favorecedores los diseños estilo años 50 de Thamessis y su “Pop Art”. Vestidos con estampados acordes con mucho vuelo, algunos marcando cintura y cancan en tul debajo haciendo contraste de color. Muchos con toreritas cortas. Mono de estampado de caras inspiración Warhol con cinturón y cazadora corta negra. Sin duda alguna que me los pondría todos. No podían faltar Marilyn Monroe ni Elvis Presley.
Era fácil acertar con “El Cascanueces”, tema escogido por Odissey para este año. Vestidos tipo tutu en largo, azul, o en corto, rosa y blanco. Me gustaron los trajes imitando las flores con cuerpo de terciopelo verde, bordado floral en el hombro y falda con capas de raso semi transparente simulando pétalos. Los chicos de soldados con pantalón blanco y casacas en terciopelo verde y oro o levita roja. No podían faltar los ratones en morado y oro.
Espectacular es la palabra que define el diseño de vestuario de los “Cuadros” de Intxaur-Txiki. Merecido el primer premio dedicado a esta competencia promovido por el Clúster de la moda y que les otorgaron al finalizar la gala. Telas con estampados de los cuadros más reconocidos internacionalmente: Guernica, Los Girasoles, La Noche estrellada, El grito o autorretrato con collar de espinas y colibrí de Frida Kahlo. Diseños victorianos con metros y metros de tela con tocados aparatosos. Ellos con trajes de chaqueta y pantalón. Algunos con chaleco y corbata, otros con pajarita. Las coreografías con mucho movimiento pensadas para lucirlos.
“Steampunk”, el género literario de ciencia ficción, inspira los diseños de Txasiss. Me pareció muy sexy el look de ellas con corsé en granate y negro, torera y falda asimétrica. Aunque me dio la sensación de que no era demasiado cómodo para las comparseras que estaban todo el rato tirando del escote hacia arriba. Bien también el diseño infantil con falda corta de tul, chaleco gris plata y chorreras blanca por encima. Un buen resultado que demuestra que se ha trabajado.
Cabe citar, como anécdota, que durante la presentación en Illunbe y por un fallo técnico la comparsa Euforia tuvo que salir la última con “Euforia en nunca jamás”. Hadas, ninfas, libélulas y algún duende. Tonos pastel con faldas de tul en capas superpuestas formando pétalos. Ellos con dos piezas de pantalón pirata y chaleco con estampado imitando la trama de las hojas.
Buena idea, aunque faltaba fuerza.
26 comparsas que dan para todo unas mejor que otras. Pero tengo claro que lo importante en carnaval es divertirse, reírse de uno mismo, disfrutar y pasarlo bien. Objetivo cumplido. ¡Hasta pronto!
Primer artículo: Carnaval donostiarra (I): ¡Plumas fuera!, y repasamos comparsa a comparsa
Gracias por tus palabras! Desde ShowTime, nos alegra saber que lo que sentimos al bailar se transmite al público 🙂 un saludo!