¡Hola a todos! Seguro que os ha pasado más de una vez eso de ir de tiendas y no encontrar nada que os guste o que os convenza lo suficiente como para comprarlo.
A veces es cuestión de un día, otras es porque lo que esa temporada dicta la moda no va con nosotros.
Yo este otoño-invierno estoy encantada con lo que las tendencias nos marcan. Ya os he dicho más veces que cada uno debe vestir como quiera y le guste, que no hace falta seguir la moda ni las tendencias. El objetivo es sentirse a gusto con uno mismo. Pero si encima lo que te gusta está de moda, ya es la leche. La felicidad en su máxima expresión. Y un peligro todo hay que decirlo. Mi tarjeta está temblando y mi armario también por falta de espacio. Jajaja!
Porque se lleva lo oversize por un lado y las zapatillas por otro. Y además, se pueden combinar. ¿Qué más se puede pedir? Comodidad en el sentido amplio de la palabra.
Que no digo que marcar curvas no sea bonito, que lo es, pero tener libertad de movimientos y no estar deseando llegar a casa para quitarte el pantalón pitillo y los tacones y ponerte ropa cómoda y descalzarte es genial. In my opinion, que dirían en The Good Wife, por supuesto.
El Oversize tiene variantes: el total look, el semi; prenda strech junto a prenda XXL, por ejemplo, un jersey con un pitillo o una camiseta strech con una falda amplia, o sólo para prendas exteriores; abrigos, gabardinas, chaquetas de punto o blazers. Rebuscad en el armario y rescatad alguna gabardina vieja de la amona o una americana de lana del aita y dadle una segunda oportunidad. Seguro que no os defrauda.
Y que las zapatillas hayan pasado a primera línea y no se queden sólo para hacer deporte, es lo más. Porque, obviando la comodidad, son versátiles y se pueden adaptar a cualquier look, no importa si es formal o informal, de día o de noche ¿Os extraña que se hayan vuelto casi imprescindibles? Yo soy fan absoluta, la verdad.
Así que este otoño-invierno mi look básico, mi uniforme casi diario va a ser amplio, sin marcar la silueta pero sobre todo, cómodo, muy cómodo. Eso sí, sin dejar de ser femenina. Que una, aunque a veces no lo parezca, tiene su punto presumido. Así que vestidos camiseros con pitillo y botín, vestidos sudadera con medias y bota motera o zapatillas, camisetas amplias con faldas midi marcando cintura o con un vaquero ceñido o un total black roto con unas zapatillas blancas. Mil y una combinaciones para cada día.
Para que os hagáis una idea, si no os la habéis hecho ya, un look muy Winona bailando Jump in the Line – Shake Senora en Beetlejuice.
Quiero terminar el post recordándoos que el próximo viernes 25 de noviembre se celebra el Black Friday. 24 horas, más en algunos casos, donde podréis beneficiaros de descuentos de infarto que ofrecen no solo los grande portales de comercio electrónico sino también muchas tiendas físicas. El año pasado supuso records de ventas y este año no va a ser menos. Es el pistoletazo de salida a las compras navideñas.
Los productos más demandados son los tecnológicos y electrónicos, sin embargo los últimos años empresas de moda y complementos se han sumado al tirón de ventas.
Pero tampoco hay que volverse loco. Os aconsejo que miréis los productos que os interesen realmente o los posibles regalos de Navidad, comparéis precios y, sobre todo, fijar un presupuesto límite para evitar sorpresas.
Y los que se queden con ganas de más, siempre hay alguien, o no puedan aprovechar el Viernes Negro, tendrán una segunda oportunidad el CyberMonday que será el lunes 28 de noviembre.
¡Hasta pronto!