¡Hola a tod@s! Llevo tiempo sin pasarme por aquí y creo que ya tocaba. Último post del año aprovechando que casi estamos en Navidad, así que… me voy a dejar llevar por el fin de año en todo su esplendor.
Caminando por Donostia estos días me ha parecido que la ciudad está preciosa y que este año la decoración navideña es de sobresaliente. Al menos así me lo parece a mí, que sé que no tod@s opináis igual. ¡Sólo faltaba, para gustos colores! Así que caminando y disfrutando del colorido he decidido que voy a hablaros de las tendencias que llenan las tiendas en estas fechas pero, en esta ocasión, no voy a utilizar ropa para mostrarlas. Está todo en el entorno…
Repiten, como reinas indiscutibles, las lentejuelas. El brilli-brilli, para que nos entendamos. En plata, sobre todo. Con efectos haciendo contraste como el del panel vertical con diseño original que hay en la Calle Loiola frente a la catedral del Buen Pastor. La alternativa recurrente, las doradas, como los arcos del puente Santa Catalina. Todo muy ochentero.
Y qué decir de la noria instalada en Alderdi Eder no apta para miedosos. 50 metros de altura que, a cualquier hora del día, permite tener vistas únicas de la Bahía de la Concha y parte de la ciudad. Por
la noche, perfecta para las más atrevidas con looks monocromáticos de lentejuelas. Que no se diga.
Guirnaldas de luces entre calles que nos recuerdan texturas como la pedrería o el encaje. Muchas de ellas con CORAZONES, uno de los estampados que han pisado fuerte tanto en vestidos como en camisas o camisetas. O con bastante contraste de color: rosa, verde, azul, plata, verde o dorado.
La bola de la plaza Cervantes podría ser un reflejo de las transparencias que han vuelto con fuerza. Igual que la del Paseo del Urumea. En bodys, vestidos, camisetas, incluso pantalones. Al ver los cubos luminosos suspendidos sobre el Urumea junto al puente María Cristina pienso en las medias de rejilla O con dibujos tan años ochenta y de las que me declaro fan.
El árbol tiovivo de la plaza Santa Catalina refleja uno de los colores estrella, el verde, en sus tonos más oscuros; verde botella, oliva incluso con reflejos azules y amarillos. Un color que se adapta a cualquier tejido. Desde las lentejuelas, la gasa o el satén. Además de que me parece súper favorecedor. Las bolas en diferentes colores y texturas pueden ser esos accesorios con los que complementamos un look y que te pueden diferenciar del resto.
Los carruseles de Alderdi Eder, la trasera del Buen Pastor o la plaza Usandizaga nos retrotraen a una Bella Easo más clásica, de otra época. Perfecta para los conjuntos de dos piezas con faldas midi o bien de volumen o tipo lápiz, a gusto. Acompañadas por una camisa con lazada o un jersey de punto de cuello cisne.
Si no quieres ir cuesta abajo y sin frenos como en la pista de trineo del paseo Federico García Lorca te animo a que, si te atreves, apuestes por el blanco, siempre tan navideño. Aunque personalmente me parece bastante arriesgado. Nadie dijo que mantenerse impoluto sea fácil.
Y sí, como en la decoración navideña, es habitual que, cada año, se repitan muchas de las tendencias para ropa de fiesta. Incluso parece que se ha perdido un poco la originalidad. Pero ahí está la personalidad de cada uno para poner ese toque a un look que te diferencie del resto, bien con el maquillaje o con un complemento. Porque cada vez tengo más claro que todo es cuestión de actitud y que cómo vistes dice mucho de cómo eres.
Siguiendo un poco esa premisa y aunque pueda sonar a tópico el hecho de que la ciudad esté llena de luz y color, igual que la ropa de fiesta hace que a una mayoría nos invada un ambiente festivo y de buena energía. Que todo parezca pensado expresamente para salir en Instagram es lo de menos.
No puedo terminar sin desearos a todos unas muy Felices Fiestas. Y no se vosotros pero una humilde servidora tiene ya sus propósitos de año nuevo pensados: que podamos seguir hablando de moda y si es local, mucho mejor. ¡Hasta el año que viene!