¡Hola a tod@s! Creo que a los que nos gusta la moda también nos gusta cuidarnos. De hecho, pienso que es algo que va muy de la mano. Porque un buen look no sólo es ropa y complementos también es peluquería y tener una piel sana, la imagen en su conjunto. Y es ahí donde quiero ir porque la piel refleja tanto nuestros hábitos alimenticios como el estado anímico. No obstante, la piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Y por eso la tenemos que cuidar y mimar. No sería la primera, ni la última vez que después de dar con el look perfecto, el resultado final no me termina de convencer porque mi rostro refleja síntomas de cansancio y estrés que ni el maquillaje puede borrar. Quizás os haya pasado alguna vez.
Cada vez estamos más concienciados con la moda sostenible, la alimentación ecológica así que, por qué no también con la cosmética natural. ¿Por qué si nos cuidamos tanto por dentro, no lo hacemos también por fuera? Lo que nos ponemos en la piel es absorbido a través de los poros e igualmente lo ingerimos, por lo tanto llevar una dieta sana e hidratarnos con cremas llenas de químicos no tiene mucho sentido si paramos a pensarlo bien. Romina Afonso, naturópata zarauztarra y recogedora del legado de nuestras abuelas, sabias en los usos de las plantas medicinales y el poder de la naturaleza, empezó hace unos años a elaborar de forma artesanal cremas, pomadas, jabones, tónicos y preparados para diferentes afecciones. Poco a poco ha ido formándose y perfeccionando sus fórmulas, hasta crear hace 2 años su marca con identidad propia: Amana Natural. Ya el nombre escogido deja muy claras las intenciones de los productos que vamos a encontrar. Amana significa “de la madre”, de la tierra madre, origen y base de todo; y Natural porque es así, tal cual, todo obtenido de la naturaleza.
Esta pasión por las plantas medicinales y lo que pueden aportarnos le viene “por las mujeres de la rama materna y el recuerdo de los veranos en la aldea gallega” de donde viene su familia. Allí, sin acceso fácil a medicamentos tenían “remedio para todo con los recursos que las montañas de los alrededores les daban: salvia, manzanilla, orégano, malva, tomillo”. Como Romina dice, “una auténtica farmacia natural a nuestro alcance y, la mayoría, lo desconoce totalmente”. Además de “una intuición mucho más viva y abierta a todo ello” porque, antiguamente, “era lo que había”. Así las abuelas usaban ese conocimiento de las plantas de su entorno para curar sus enfermedades y su piel. Ella ve que “es algo que se está perdiendo” y lo quiere recuperar y transmitir. No sólo a nivel medioambiental o de sostenibilidad sino para evitar la tendencia a usar químicos y productos de origen desconocido. Y eso es Amana Natural, una alternativa a la cosmética convencional llena de productos químicos ilegibles, y una propuesta para disminuir el uso abusivo de la medicina tradicional en dolencias leves que puedan tratarse con medicina natural.
Así, Romina utiliza la manzanilla como calmante, antiinflamatorio, depurativo y desintoxicante; en cosmética, relaja, purifica e hidrata. La caléndula es antiséptica y cicatrizante; a nivel cosmético está especialmente indicada para pieles sensibles y para bebés, ideal para el culito irritado, estimula la regeneración de la piel, perfecta para eczemas, sabañones, quemaduras y pieles agrietadas o irritadas. La lavanda con propiedades calmantes y antiinflamatorias y efecto sedante se recomienda para trastornos de sueño y estrés; en cosmética es hidratante, ideal para dar masajes relajantes y para tratar el acné o las quemaduras. El romero es estimulante, antioxidante, entre otras cualidades. Perfecto para activar la circulación, los dolores reumáticos, esguinces o migrañas. La rosa mosqueta regeneradora, antioxidante, antienvejeciminento y nutritiva. Tiene el triple de vitamina C que el aceite de oliva por eso es una de las reinas de la cosmética. Ideal para las cicatrices post operatorias y las estrías. Estos son sólo unos ejemplos de las propiedades y usos de estas plantas pero la lista es larga; hipérico, helicriso o siempreviva, tomillo, malva, eucalipto, hamamelis, etc.
Eso sí, intenta “utilizar al máximo las plantas de la zona” porque cree que “lo que necesita cada uno es lo que tiene alrededor de donde nace”. Estamos vinculados genéticamente a nuestro entorno. Usa, principalmente, “las plantas que crecen de forma salvaje aquí en el País Vasco y en Galicia”, de donde es originaria su familia y donde acude con frecuencia. Por eso, utiliza mucho caléndula, verbena, malva e hipérico. Aunque también formula productos con agregados de otras zonas que sobre todo son elaborados con materia prima de aquí.
Amana Natural fabrica a pequeña escala, de forma artesanal y como lo hacían nuestros antepasados, verdaderos alquimistas. Son procesos de elaboración que requieren de mucha paciencia y mimo. Recoge las plantas por los montes de alrededor; desde Jaizkibel hasta Zumaia recoge tomillo, manzanilla, poleo menta, verbena, hipérico, orégano, llantén, diente de león, ortiga, cola de caballo y un sinfín de variedades. Con estas plantas ya “tenemos la botika natural para cuidarnos por completo”. En la huerta de su aita tiene plantadas caléndula, menta, lavanda, romero y otras plantas que luego usa en la elaboración de sus cosméticos. Es importante recoger cada planta en su época y saber en qué parte tiene las propiedades; en el tallo, las hojas, pétalos, planta entera. Y luego saber los principios activos que son medicinales para luego darles uso.
Una vez recogidas, está el proceso de secado; en lugar seco y fresco, sin luz directa. Con esas plantas elabora las dos materias primas bases: oleomacerados e hidrolatos. El primero consiste en introducir la planta en aceite que variará dependiendo de para qué sea; de almendra, oliva, jojoba. Eso sí, será ecológico o biológico. Mejor con la planta recién cortada y sin secar. Se cierra herméticamente y se deja reposar 40 días removiéndolo a diario. Pasado este tiempo se filtran y se guardan a oscuras y bien tapados, para que no les de la luz directa que es lo que hace que pierdan sus propiedades.
Los hidrolatos es la destilación de una planta, que ella hace mediante el uso de un alambique. Se introduce y se cubre de agua destilada para hacer el proceso de destilación, gota a gota. Esa agua que se consigue tiene todos los principios activos de esas plantas que, al añadirse a una crema o emulsión, va a aportar muchas más propiedades. Al finalizar el proceso de destilado se queda una doble capa, el agua por un lado y una pequeña capa oleosa en la superficie; es el aceite esencial de la planta.
Para los que no entendáis mucho, una crema tiene 3 fases: la acuosa, los hidrolatos; la oleosa, los oleomacerados; y la emulsionante. Aparte, los principios activos que se le puedan agregar mediante los aceites esenciales para potenciar sus propiedades. Además de los oleomacerados e hidrolatos, sus emulsionantes preferidos son la manteca de karité y la cera de abeja pura. Con ellas, se definirá el grado de consistencia de la crema, más untuosa o más fluida, dependiendo de la cantidad utilizada. Son productos 100% libres de siliconas, parabenos, parafinas, aceites minerales derivados del petróleo y, por supuesto, no testados en animales.
El resultado, después de todo este proceso, son productos de todo tipo. Desde aceites cicatrizantes (caléndula, hipérico, lavanda), regeneradores (rosa mosqueta, almendras dulces), circulatorios (romero, pomelo), antialérgicos (helicriso), para masaje (lavanda y manzanilla, relajantes y calmantes) a pomadas para quemaduras, heridas, cicatrices o dolores reumáticos. Por supuesto la línea facial y corporal con cremas, emulsiones, geles, tónicos y bálsamos labiales de los que me declaro fan absoluta. Además de exfoliantes, jabones y arcillas. Pero el catálogo siempre está evolucionando ya que hay una constante experimentación con los productos naturales. No sólo eso en Amana Natural, bajo pedido, hace preparados de infusiones, saquitos perfumados, jabones. Incluso tratamientos personalizados y packs de regalo. Podéis contactar con Romina a través del mail [email protected] o en las redes sociales, Facebook e Instagram, de la marca. Estará encantada de atenderos y asesoraros.
Os animo a probar porque no sólo es estética, es salud y bienestar, sensaciones y buena energía. Son los secretos que las plantas han guardado durante años para que podáis disfrutar de sus beneficios. Porque nuestro cuerpo es un tesoro que tenemos que cuidar por dentro y por fuera. Y ¿quién os va a cuidar mejor que vosotros mismos? ¡Hasta pronto!