Aunque no lo parezca, mañana se termina el verano, oficialmente y según el calendario, eso sí. Porque desde hace más de un mes los escaparates se han llenado con las propuestas otoño-invierno. Este año la sensación, la mía al menos, es que todo vuelve. Adaptado a los nuevos tiempos, pero ya había estado antes en nuestros armarios. Y, cómo siempre, habrá cosas que gusten más que otras, desde luego. Ir al blog
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