Patinadores y skaters locales denuncian que se ven obligados a desplazarse a pueblos de los alrededores «e incluso a alquilar naves industriales entre varios» a causa de «la falta» de infraestructuras para desarrollar su afición en Donostia.
«En el panfleto que llegó a todos los buzones en 2023 se reflejaba ya una partida presupuestaria para la remodelación del skatepark de Anoeta que fue uno de los proyectos votados en los presupuestos participativos», recuerdan. «El diseño de ese skatepark se realizó en 2019 y se nos pidió tener paciencia ya que había que esperar al final de las obras de remodelación del estadio para empezar con lo nuestro».
Añaden que en 2022 demolieron el skatepark de Txaparrene por las molestias ocasionadas al vecindario por el ruido. «Estudiaban reubicarlo en Harrobitxulo pero no hemos vuelto a tener noticias de ello. El año pasado también salió votada en los presupuestos participativos la construcción de un skatepark decente en Sagüés pero no se materializa ninguno de esos proyectos».
En el Ayuntamiento donostiarra ponen por delante que respecto a los skateparks hay dos posturas enfrentadas: «la de quienes los reclaman (jóvenes, fundamentalmente) y quienes no los quieren cerca por el ruido».
El concejal de Deportes, Iñaki Gabarain, explicó que «a corto o medio plazo hay tres proyectos en marcha: uno en la zona de Intxaurrondo, con ubicación definitiva por concretar aunque seguramente será en la zona de las pistas de calistenia; otro en Anoeta, pendiente de concretarse una ayuda económica de la Real Sociedad, y un tercero en Sagüés, retomando el que ya existía hace años y a la vista de que, de momento, no hay novedades respecto a la remodelación urbana del entorno».
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