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Sucesos

«Sin nada de la noche a la mañana» por el incendio de Errenteria causado por un cohete

"Hace diez años que se quemó la casa de Trintxerpe por una bengala y es que no aprendemos", dice una afectada

Incendio en Errenteria la madrugada del 1 de enero. Foto de redes sociales.

(EFE). Sheila, una vecina de Errenteria afectada por el incendio de declarado en Nochevieja en un edificio de esta localidad guipuzcoana, se ha quedado «sin nada de la noche a la mañana». Su vivienda se ha llevado la peor parte en este siniestro, causado por un cohete pirotécnico, según apuntan las primeras investigaciones.

Tanto ella como María Isabel, Marivi y Manolo -las dos primeras también moradoras del inmueble y el tercero de uno próximo- lamentan que algunas personas sigan celebrando la llegada del nuevo año con cohetes y petardos pese al riesgo que conlleva, según han manifestado en declaraciones a EFE.

«Deberían estar prohibidos. Hace diez años que se quemó la casa de Trintxerpe (el 1 de enero de 2014 un fuego ocasionado por una bengala arrasó dos bloques de viviendas en ese distrito de Pasaia) y es que no aprendemos, no sé cómo la gente no aprende con este tipo de cosas», advierte Sheila.

Llamada después de las campanadas

Esta mujer se encontraba en casa de los padres de su pareja celebrando el fin de año cuando, «justo después de las campanadas», recibió la llamada de la hija de una vecina para comunicarle que su casa y la de ella estaban «ardiendo».

«No había nadie dentro. Gracias a Dios no hubo daños personales, pero todo cayó en mi casa. Está destrozada, pero destrozada», enfatiza Sheila, que cree que fue una bengala la que impactó en el balcón de su domicilio, donde comenzaron a arder algunos enseres que guardaba allí y después el fuego se propagó al interior por una ventana.

Sheila explica que en esa habitación «se ha quemado todo» y que el resto de la vivienda está «destrozado». «Los techos se han caído, los muebles se han derretido. La casa está para hacer una obra entera, no se puede salvar nada. Quizá algún objeto personal pueda salvarse, pero no los de la gente que ya no está con nosotros, y es lo que más pena me da», afirma.

«Es la casa donde nos hemos criado mi hermano y yo, la casa de toda la vida. Mis padres fueron los primeros que vinieron a vivir aquí, a la torre, cuando se hizo el barrio. Ahora tengo ropa de mi suegra, de mi chico y un pantalón que hemos conseguido salvar lavándolo, porque no se puede coger nada, nada. Te quedas de la noche a la mañana sin nada. No me lo creo, no me lo creo», repite.

«Estaban ya los bomberos y seguían tirando petardos»

Cuenta que cuando llegó al barrio, el edificio siniestrado, un inmueble de catorce alturas del barrio de Sorgintzulo de Errenteria, estaba ya acordonado y el resto de los vecinos habían sido desalojados.

Los bomberos trabajaban en la extinción del incendio, que tuvo un «desarrollo vertical» que afectó principalmente a la zona de los tendederos, además de a su vivienda, situada en la planta número trece.

A Sheila le llamó la atención, al igual que a María Isabel, Marivi y Manolo, que mientras los bomberos realizaban su labor, seguían lanzándose petardos y cohetes en las inmediaciones. «Estás viendo que se está quemando una casa y sigues tirando cohetes… En fin», apostilla.

Manolo asegura que «todos los años es igual», que «tiran petardos a patadas». «Yo no veo ningún control, porque si hubiera no los tirarían. Cuando la pandemia había un control tremendo ¿Y ahora? No veo nada, vamos», destaca este vecino, que cuando llegó al barrio a las dos de la madrugada «todavía salía mucho humo» de la torre siniestrada.

A María Isabel también le pilló fuera. Estaba en Zizurkil cuando la llamó su hermana y decidió volver a Errenteria inmediatamente. Aún está nerviosa por lo ocurrido. «Hacía mucho frío. Estaban los bomberos apagando y encima seguían echando petardos», recalca esta vecina, que entiende asimismo que «debería haber más controles».

Todos recuerdan el incendio de Trintxerpe, que dejó sin casa a cerca de 40 familias. Marivi explica que ella se encontraba en su vivienda cuando se desató el de esta Nochevieja. «Había bastante fuego y daba miedo. Nos dijeron que nos quedáramos en casa con todo cerrado, los bomberos llegaron enseguida. Estuvimos bien, aunque hubo momentos de bastante pánico», relata.

La Ertzaintza mantiene abierta la investigación sobre este suceso, aunque la principal hipótesis es que fue un artefacto pirotécnico el que causó el incendio, han indicado este martes a EFE fuentes del Departamento vasco de Seguridad.


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