Con motivo del Día de las Bibliotecas que se celebra el 24 de octubre DonostiTik habla con Ana Merino, lectora impenitente y guía para muchos donostiarras que quieren aprender a escribir o perfeccionar su estilo. Y es que esta filóloga fue pionera hace más de 20 años en el mundo de los talleres literarios, así que también se refiere al recién iniciado curso en Kutxa Kultur, este año con menos alumnos a causa de la panademia pero con igual ilusión.
¿Qué significan las bibliotecas en su vida?
Siempre he estado cerca de alguna. Por trabajo o por estudios. En mi época de universidad para estudiar, y una vez que comencé a trabajar las he usado para buscar autores, títulos, información en general y preparar mis clases.
También suelo comprar libros porque me gusta marcarlos con comentarios para comentarlos en las tertulias literarias. Así que busco el libro en la biblio y si me gusta me lo compro para «desgastarlo».
¿Qué le parece el nivel de Donostia en este sentido?
De la ciudad me vienen tres bibliotecas a la cabeza. La primera es la antigua de la plaza de la Constitución, que es donde empecé uno de los primeros talleres de escritura creativa que impartí. Una biblioteca de madera con mucho encanto. Todavía recuerdo los ruidos al pisar su suelo de madera.
Las otras dos bibliotecas que me vienen a la cabeza son el Koldo Mitxelena y Ubik. Del Koldo Michelena me encanta su fondo de reserva. Es un lujo trabajar ahí. El silencio es absoluto y el nivel de concentración es fantástico. Respecto a Ubik es original y está muy bien pensada. No tiene nada que ver con las bibliotecas tradicionales. Supera el concepto de la biblioteca tradicional porque se expande hacia otros campos de la creatividad. Está entendida como un todo, como la totalidad del universo, que diría Borges.
Prácticamente en todas las bibliotecas se organizan tertulias literarias donde poder compartir las lecturas. Era algo que se necesitaba. Ahora nos queda pendiente atraer al lector más joven: ponerse de acuerdo con las ikastolas y que se organicen lecturas en las aulas y se comenten en las bibliotecas. Que la propuesta sea conjunta para enriquecer la asignatura de literatura.
¿Nos propone un libro para celebrar este fecha?
El que estoy leyendo ahora mismo: La claridad de Marcelo Luján; un autor que no conocía y que me está gustando por la fantástica tensión que genera en sus historias y por cómo ahonda en la parte más oscura de los personajes. También me está sorprendiendo la vuelta de un género que yo creía olvidado: el de las novelas del oeste. ¿Cómo es posible que hoy en día vuelvan a estar de moda? Es un tema sobre el que estoy escribiendo un artículo para serescritor.com.
¿Tuvieron dudas acerca de celebrar los talleres literarios de Kutxa Kultur este año?, ¿Cómo le afecta la pandemia al curso?, ¿y a la matrícula?
No, en ningún momento dudamos. Sabía que no se iba a escatimar en medios en ese sentido. Lo que sí pensé es que los alumnos, la mayoría con edad avanzada, se echarían para atrás. Yo he tenido suerte y ahora mismo imparto todos los cursos que programé, pero con meos matrículas. Otros cursos no han corrido la misma suerte. Algunos se han dejado de dar por no poder ofrecer toda la seguridad que la situación que vivimos requiere. Una pena.
Por buscar algo positivo… ahora los cursos son casi clases particulares, yo tengo uno de solo 6 personas. Y debido al aforo de las aulas, en mi caso, he tenido que doblar el taller de Relato breve avanzado. ¡Al final es otro curso más! Y es que en este curso siempre tengo alumnos en lista de espera.
¿Cuál es el alumno ‘tipo’ de los talleres literarios?
Hay dos: el que escribe habitualmente y quiere mejorar o profundizar en la técnica, y el que no suele escribir pero tiene el gusanillo dentro. Y en ambos casos les gusta mucho la lectura. Son unos grandes lectores. Algo que a mí me parece fundamental para escribir bien. Yo hago mucho hincapié en esto de la lectura. Hay que leer mucho y bueno, dedicar tiempo a los clásicos, que son nuestros maestros.
¿Todos tenemos un escritor dentro?, ¿se encuentra muchas sorpresas positivas en estos cursos?
Hay gente que escribe bien, con mucha soltura. Pero cuando les digo que su texto es correcto pero sin alma se quedan perplejos. Muchos informan pero no transmiten. Eso es lo que yo les pido cuando vienen a mis clases: menos corrección y más transmisión de sentimientos y sensaciones. En literatura hay que transmitir, no informar ni explicar; para eso ya está el periodismo.
En general los alumnos aceptan las correcciones y las críticas, pero siempre hay alguno que habitualmente proviene de otros talleres y no lo lleva tan bien. Es lógico que duela, has dedicado tiempo a algo que te ha salido de dentro y que te ha costado un esfuerzo. Hay que luchar por ello.
¿Utiliza libros recientemente publicados o clásicos?
Un poco de todo, pero el acento lo pongo en los clásicos. Son los que más y mejor enseñan cómo se escribe. Creo que hoy en día están un poco olvidados, se publica tanto y las campañas de marketing son tan potentes que todo el mundo quiere leer el último libro de X. Me da mucha rabia cuando en una reseña o comentario se habla de la originalidad de tal novela y tú ves que esa técnica narrativa ya la utilizaba Cervantes.
Precisamente en el curso de lectura el Rincón del lector, que se me quedó a medias en marzo, tenía a Cervantes como autor clásico. En el confinamiento se me ocurrió plantear la posibilidad de hacer una lectura colectiva de una de sus Novelas Ejemplares. ¡Se apuntaron 20 alumnos! Cada uno grabó un video con el fragmento que yo les proponía. Después de vencer a la tecnología conseguí unir todos los fragmentos en un hilo y el Día del libro lo subí a la red y lo colgué en twitter. Tuvo mucho éxito. Estaban encantados con el resultado.
¿Es difícil prever qué libros tendrán más eco entre los alumnos?
Hace dos años decidí meter a Emilia Pardo Bazán dentro del temario. Es una de las autoras más prolíficas de relatos breves en España y tuvo un éxito arrollador. Además editoriales como Contraseña empezaron a publicar relatos de esta autora dedicados a la situación de la mujer y esto ha acrecentado el interés por ella.
Con Clarín me pasó algo parecido, a raíz de un artículo que escribí para el blog www.serescritor.com sobre su novela La Regenta descubrí que tenía muchos relatos y los he utilizado en mis clases.
Más información: Benjamín Prado abre hoy en Donostia la celebración del Día de las Bibliotecas
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