Es habitual la tensión en la ya casi célebre parada del autobús del Paseo Federico García Lorca, pero hoy viernes a las 7.45 horas el desencuentro entre un chófer de Lurraldebus y un vecino ha ido a mayores y han tenido que intervenir otros cuatro residentes en la zona y un segundo conductor para que no llegaran a las manos. Desde la Asociación de Vecinos del Urumea-ko Bizilagunen Elkartea, que ha hecho pública la información, consideran que lo ocurrido volverá a repetirse porque ya está «agotada la paciencia de todos» y responsabiliza, por este orden, «al Ayuntamiento, la Diputación y llegado este caso también a Lurraldebus».
Cabe recordar que el vecindario que reside en el Paseo Federico García Lorca nº 2 y 3 lleva diez años denunciando «la situación grave, inadmisible, contaminante, insalubre, estresante…» que sufre «las 24 horas» debido a los problemas que le genera la parada con permanente movimiento que está situada a escasos metros del portal y las ventanas. Esta parada ha generado desencuentros entre el Consistorio y la Diputación, que no terminan de encontrar una solución.
Según la asociación vecinal esta mañana a las 7.45 horas un vecino volvía de trabajar e iba a entrar en el garaje cuando ha observado que, en paralelo al autobús de la parada, había otro autobús detenido y un poco adelantado, casi hasta la altura del vado permanente, lo que le obligaba a «hacer una maniobra peligrosa, pasando a ambos autobuses, para cruzarse luego en ángulo recto y poder entrar al garaje«.
Según la asociación vecinal la maniobra es complicada pero no les resulta extraña, ya que no es raro encontrarse con dos autobuses detenidos como se ve en la imagen. Y destaca «la velocidad de los coches en esa zona y a esas horas», con lo cual «siempre hay riesgo de que te golpeen».
El vecino, cuando ha aparcado, se ha dirigido al autobús mal estacionado y a partir de ese momento ha comenzado un intercambio de reproches e insultos entre este hombre y el conductor. «Han estado cerca de pegarse», han narrado desde la asociación, añadiendo que cinco personas (cuatro vecinos y el chófer del otro autobús) han acudido a separarlos.
«La diputada Azahara Domínguez reconoció los problemas que da esta parada y tanto ella como la concejala Olatz Yarza dijeron que pondrían solución. Pero se han limitado a quitar de aquí la línea que va al aeropuerto de Hondarribia. No es una parada más aunque haya donostiarras que digan que nos quejamos de vicio», insisten los vecinos, que reivindican su derecho al descanso y su salud. Más información, aquí.
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