(EFE). Un hombre se enfrenta a penas que suman 21 años de cárcel por parte de la Fiscalía de Gipuzkoa que le acusa de facilitar cocaína a una adolescente de 14 años y de agredirla sexualmente en su propia vivienda, donde la madre de la víctima le acogió durante el confinamiento al tratarse de un amigo.
Los hechos, que han empezado a ser juzgados este miércoles en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, sucedieron entre marzo y junio de 2020, período durante el que, según la versión del Ministerio Público, el varón habría proporcionado «en varias ocasiones» a la menor cocaína y hachís, a pesar de que sabía que era menor de edad.
En este contexto, el varón habría acudido en una oportunidad a la habitación de la chica, «aprovechando que la menor había consumido alcohol y cocaína» que él mismo le había facilitado, para violarla.
En la primera sesión de la vista, la víctima, que en la actualidad es mayor de edad, ha refrendado hoy la versión de la Fiscalía.
Ha desvelado que en aquel entonces ella fumaba hachís y que durante la pandemia se le acabó y que el varón se ofreció a facilitárselo, aunque lo que en realidad le entregó fueron los restos de la cocaína que él se fumaba en una pipa y que ella pensó que era hachís porque eran marrones y tan sólo tenía 14 años.
Hiperactividad y descontrol
No obstante, luego se dio cuenta de que era otro tipo de sustancia porque los efectos que la droga tenía en ella «no eran iguales» y se encontraba hiperactiva, no paraba de moverse y tenía descontrol.
Ha recordado también que en una oportunidad, en el mes de abril, su madre le dio una copa de Malibú con piña, tras lo que ella se sintió «muy mal», se fue a su cuarto para dormir y al rato notó algo detrás suyo en la cama, que le bajaban los pantalones y que era agredida sexualmente, lo que le provocó una situación de shock en la que no le salía la voz ni pudo hacer nada.
Ha precisado que, aunque en ese momento no reveló nada, su madre terminó echando de la casa al varón porque se enteró de que éste «cocinaba cocaína» en la casa.
Un año y medio más tarde, cuando la víctima ya se encontraba tutelada por la Diputación en un centro para menores, contó lo sucedido a un educador después de haber escuchado en aquel sitio los relatos de otras chicas que habían pasado situaciones similares.
Relación extraña
En otro momento de la vista, ha testificado la madre de la víctima quien ha explicado que durante aquella época noto diferente a su hija y una «relación muy extraña» con el acusado, con el que tenía discusiones, si bien ella no le contó nada de lo ocurrido.
Ha comentado que tampoco le gustaba que el procesado consumiera droga en la vivienda, por lo que le mandaba al trastero a fumar y finamente terminó echándole de la casa.
Ha recalcado que ella cree lo relatado por su hija «a ojos cerrados» y ha opinado que la menor no se lo contó en aquel momento a ella porque sabía que si lo hacía ella «estaría ahora en la cárcel» por cómo habría reaccionado contra el hombre.
Por su parte, el educador al que la víctima relató los hechos ha explicado que en septiembre de 2021 ella, «de forma alterada» y muy nerviosa, le contó que una noche estaba bebiendo con su madre y un hombre, que se había quedado sin hachís y que por eso fumó «un cigarro con cocaína» tras lo que «se sintió mal» y se fue a dormir, pero luego apareció el hombre en su habitación y la agredió sexualmente.
Está previsto que el juicio continúe en una segunda sesión que tendrá lugar el próximo mes de marzo y en la que, tras las comparecencias de tres forenses del caso, declarará en último lugar el acusado.
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