(EFE). El alcalde de Irun, José Antonio Santano, ha señalado que ha querido terminar con la «única nota discordante y de desencuentro» en torno a la fiesta de San Marcial que era «la presencia institucional en el balcón» consistorial durante el alarde mixto, aunque ha reconocido que «habrá quien no entienda lo sucedido hoy».
Santano, junto con representantes municipales del PNV, PSE y PP, por primera vez en los 25 años de historia del desfile mixto lo ha recibido desde el balcón de la sede consistorial.
Hasta ahora el primer edil estaba presente cuando el alarde tradicional llegaba a la plaza de San Juan, pero se retiraba después y no estaba, horas más tarde, para la recepción del desfile en el que las mujeres figuran como soldados.
En una comunicación que ha colgado en redes sociales, Santano ha recordado que después de dos décadas hoy existen «dos formas de vivir» San Marcial, «que conviven de manera festiva por las calles de la ciudad» y que «la fiesta es la protagonista».
Durante «muchos años en los que los desfiles y la convivencia han sido protagonistas en la calle, la única polémica del 30 de junio se desencadenaba en torno a la presencia institucional en el balcón», ha indicado.
El primer edil irunés ha considerado que «es el momento de alejar las polémicas políticas» para que la fiesta «sea lo único que importe» y ha advertido de que «la utilización del alarde, como de cualquier otra cosa, no es deseable desde de la política».
Santano, que fue elegido el pasado 17 de junio para su sexta legislatura, ha señalado que se comprometió a «gobernar para toda la ciudadanía».
«Como alcalde creo que nuestra labor institucional es asistir desde la sede municipal de la ciudadanía irunesa, desde el balcón del Ayuntamiento, a las dos formas de vivir y disfrutar el 30 de junio», ha señalado Santano, que ha remarcado que es algo que «debían hacerlo todos los grupos municipales».
«Sé que hay quien no entienda lo sucedido hasta ahora y quien no entienda lo sucedido hoy», lamenta el primer edil de Irun.
La ciudad es hoy «un ejemplo de convivencia y de respeto» y «si la única nota discordante y de desencuentro» estaba en torno a la presencia institucional en el balcón «había que trabajar para que dejará de serlo», concluye el primer edil, que ha reivindicado el derecho de cada irunés a elegir y «vivir su fiesta».
La decisión ha sido aplaudida por el Ararteko y Emakunde, entre otras instituciones, que la han considerado un paso «positivo» hacia la igualdad entre hombres y mujeres.
El Ararteko ha señalado en un comunicado que es un «avance» que todos los grupos políticos hayan recibido al alarde mixto compuesto por mujeres y hombres «en condiciones de igualdad».
Por su parte la directora de Emakunde, Miren Elgarresta, que también ha acudido a Irun, ha valorado la iniciativa de Santano y ha remarcado que «no se puede permitir que las siguientes generaciones sigan arrastrando un conflicto que necesita mucho diálogo, acuerdo y colaboración».
Las tradiciones son un «elemento clave de la cohesión social de los pueblos», pero deben «evolucionar para adaptarse a los nuevos tiempos», ha precisado Elgarresta, que ha recordado que otras localidades vascas ya han hecho esa adaptación.
Desde Elkarrekin Podemos, Miren Echeveste, que ha ejercido como delegada de igualdad en Irun durante la pasada legislatura, ha señalado que «es un paso simbólico importante».
El siguiente paso es, a su juicio, elevar a pleno el V Plan de Igualdad de Irun que contempla «todos los requerimientos de Emakunde» y «recuperar la tradición de que el Ayuntamiento organice el alarde público y se pueda trabajar en ello ya de cara al año que viene».
La portavoz en el Congreso de Eh Bildu, Mertxe Aizpurua ha indicado que es un «derecho» que las fiestas se desarrollen con normalidad y «lo que sucede en Irun «no es normal, por mucho que haya algunos representantes políticos quieran dar una apariencia de normalidad».
La obligación de las instituciones «es velar porque se cumplan» esos derechos, ha indicado Aizpurua, que ha remarcado que su formación seguirá trabajando para que haya un «único alarde».
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