
09 May THE LOOKERS VUELVEN AL BUKOWSKI
El joven trío de Ziburu reaparece este domingo en el local de Egia tras varios años de ausencia. “Es la mejor sala de la ciudad”, afirman. Foto de portada: Gencives de Porc / Louis Triol
Se dieron a conocer bajo el paraguas de la tienda, sello y promotora irunesa Bloody Mary. Tras la publicación de su primer LP homónimo, publicado a finales de 2016, el prestigioso crítico musical Ignacio Julià dijo de ellos que eran “guapos” y un “fenómeno rock de lo más refrescante”. El 7 de enero del año siguiente llenaron la sala Bukowski en la presentación de su álbum de debut. Desde entonces han pasado muchas cosas. El trio de Ziburu The Lookers ha rebajado la agresividad y velocidad de sus canciones, publicaron un segundo LP, Real Things (2018), desaparecieron del mapa antes de que la pandemia ahogase la música independiente y, en un milagroso acto de resistencia, Nico, Mikel y Charlie están de vuelta.
El medio tiempo ‘Back on the moon’, con un aire a los ingleses The Coral, es el single de adelanto de su próximo álbum, previsto para el otoño. El grupo vasco se está reencontrando con la audiencia en una serie de conciertos que los ha devuelto a la carretera con energías renovadas y en la que, claro que sí, mantienen intacto el sex appeal al que hacía referencia Juliá en sus inicios. Al habla con el guitarrista Mikel Toyos, residente en Donostia, días antes del concierto que ofrecerán en el Bukowski este domingo 15 de mayo (19 horas, 10 euros) junto Stupid Fucking People, nuevo grupo de punk-rock local formado con míticos miembros de la escena Buenavista.
-¿Qué recuerdos guardas del concierto de presentación del LP de debut en el Bukowski?
Fue un día muy bonito. No esperábamos que se llenase la sala. Vino gente de todos los lados, de Baiona, de las Landas, Bizkaia… Amigos y conocidos que nos habían seguido durante años. También recuerdo que ese día me levanté con un gripazo de la hostia, pero no quería cancelar el bolo para nada. Así que fui, salió todo bien y me curé.
-No sé si fue antes o después, pero en este mismo lugar os juntasteis con varias bandas en un mini-festival.
Antes de la presentación del disco actuamos dos veces en el Bukowski. La primera fue el día de mi 21 cumpleaños teloneando a los ingleses Eddie and The Hot Rods. Habíamos tocado con ellos en San Juan de Luz y nos cayeron súper bien, hubo muy buena conexión. Le pedí al cantante, Barrie Masters (fallecido en 2019), a ver si como regalo podían tocar ‘The beginning of the end’, un tema mítico de su disco Life on the line que llevaba años sin interpretar en sus directos. No quise insistir mucho, pero al final lo hicieron y nos invitaron a hacer los coros en el escenario. Fue increíble, uno de los mejores cumpleaños de mi vida. La siguiente vez que tocamos en el Bukowski fue con los Lie Detectors junto a otros grupos más.

Foto: Fanny Caumont
-¿El Bukowski es la mejor sala de la ciudad para un grupo rock como el vuestro?
Sin duda. Estamos encantados de tocar el domingo. Ha sido el mejor garito de conciertos en Donostia. Echo mucho de menos la época en la que había conciertos en el Bukowski casi cada noche. La promotora Ayo Silver!, antes de que surgiera Dabadaba, traía a las bandas californianas que tanto nos gustaban y podías ver todo tipo de grupos y conciertos. Siempre había algo interesante.
-Después del segundo álbum, Real Things, sufristeis un largo parón y ha habido poquitas noticias sobre vuestra actividad. ¿Temiste por el fin del grupo? ¿Qué es lo que pasó?
Han sido años difíciles para la banda. Hubo varios factores que influyeron en nuestro estado de ánimo, problemas de salud… Fue duro. Yo, por ejemplo, estaba en un trabajo que no me dejaba vivir. Estaba muy irritable. Sacamos Real Things, que creemos es un muy buen disco, pero no tuvo el éxito esperado. Todo lo contrario. Nos entró el bajón. Es un álbum que me cuesta volver a escuchar porque me recuerda a una época un poco chunga de nuestras vidas. Pero los tres somos como hermanos. Empezamos juntos con 18-19 años y aunque no tengamos el mismo ritmo que al principio me veo toda la vida tocando con ellos. Sería genial.

Foto: Scarlett Bungle
-Al principio The Lookers tenía un sonido acelerado de guitarras nerviosas y un estilo cercano al punk. Ahora sonáis más calmados. ¿Cuándo llegó el pop a vuestras vidas?
Estábamos influidos por grupos como The Buzzcocks, The Dammed o Eddie and The Hotrods. En realidad, el pop o la música más melódica siempre nos ha gustado: The Beatles, los Kinks de finales de los 60 y primeros 70… La primera canción en la que se puede ver un cambio en la evolución del grupo es ‘Check your seat’ (de su primer álbum) , donde se aprecian más melodías. En la época del segundo disco, Pavement y Wilco nos influyeron bastante. Escuchábamos el Wowee Zowee de los primeros y también Schmilco, que a mí me parece uno de los mejores discos de Wilco. Hacíamos punk porque nos salía natural tocar rápido y chillar.
-Con The Lookers siempre hay imprevistos y ocurren situaciones surrealistas. ¿Cuál es la anécdota más divertida en los últimos conciertos del grupo?
De momento no hay nada especial que contar. ¿Será la madurez?
¿Cómo está la escena musical en Iparralde? ¿Las cosas vuelven a ser como antes de la pandemia?
Es muy interesante el proyecto de nuestro amigo Txomin Ugartemendia, Maïrü. Lleva un tiempo con el grupo, pero desde el año pasado hay mucha más gente implicada. Ahora son diez encima del escenario y Charlie toca la percusión y batería. Tiene toda la pinta de que van a petarlo en Euskadi. Con respecto a los conciertos, todo ha vuelto a la normalidad. La gente está respondiendo. Ya han anunciado los primeros nombres para EHZ, la programación del Atabal de Biarritz es de primer nivel y en dos semanas veré a Kevin Morby.
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