
20 Jun LA EDAD DE ORO DEL ETXEKALTE
El mítico local de la calle Mari cierra. El músico Javi Pez y el dj Jorge Elósegui ‘El Nota’ rememoran las mágicas noches del Etxekalte entre los años 90 y primeros 2000.
Primero se dijo que cerraba definitivamente y las redes sociales se llenaron de lamentos y pesares, junto con palabras de emoción y viejos recuerdos de un lugar emblemático. Después varió ligeramente la información y el periodista Mitxel Ezquiaga, en un artículo publicado en El Diario Vasco, matizaba la versión oficial: el mítico local de la calle Mari, abierto en 1980, “cambia de manos” y “reabrirá con nueva dirección” en unas semanas. Sea como sea, el Etxekalte está cerrado “permanentemente”. El anuncio sobre su venta sigue a día hoy activo en el portal inmobiliario Idealista a un precio de 750.000 euros.
Se desconoce cómo será el nuevo proyecto. Pero el pub, tal y como lo hemos conocido, ya es historia. Hace tiempo que dejó de ser un referente de la noche donostiarra. En los últimos años, antes y después de la pandemia, organizaba fiestas esporádicas y acogía eventos de todo tipo sin una línea definida. En 2018 abrieron una cuenta de Instagram que se alimentaba a cuentagotas. De vez en cuando había algún concierto de perfil bajo en la planta a pie de calle.

Exterior del Etxekalte. Foto: Donostialdea Shopping.
En 2021, coincidiendo con la flexibilización de la normativa del uso y ocupación de la vía pública para amortiguar los efectos del coronavirus, abrieron una terraza. Y poco más. Etxekalte no supo o no pudo adaptarse a los nuevos tiempos. Estaba obsoleto, se quedó fuera del circuito nocturno de Donostia.
El establecimiento nació como refugio jazzero y ya, desde mediados de los años 90, se convirtió en un oasis de baile y diversión. El músico y dj Javi Pez adquirió cierta notoriedad como programador musical hace más de 25 años. Fundó el colectivo Sirope junto a sus amigos Xabi Zirikiain, de Loreak Mendian, y el ilustrador Jon Izeta, hermano de Peru Izeta, músico en Aventuras de Kirlian y Le Mans.
El bar Etxekalte despegó convirtiéndose en el centro neurálgico de una actividad embrionaria que revolucionó la noche donostiarra. Era enero de 1995. “Entonces no había ni cabina. Se pinchaba en el minúsculo almacén… Al poco tiempo se abrió un ventanuco en el almacén y al año de hacer fiestas teníamos una magnífica cabina fuera”, recuerda Pez.

Javi Pez, en su salsa en la cabina del local. Foto: Jorge Primo.
Él se encargaba de diseñar la programación semanal, de jueves a sábado, donde además de los integrantes de Sirope participaban “djs locales y de la península, personas y colectivos que tenían discos de música de baile que mostrar”, continúa. Alrededor del Etxekalte se generó una nueva cultura musical hasta entonces inexistente en San Sebastián. En aquellos años dorados, lograron arrastrar a pinchadiscos internacionales (United Future Organization, Howie B, Palmskin, Étienne de Crécy…) hasta aquel sótano semioscuro que se llenaba hasta los topes los fines de semana.
En el mismo periodo, el Nitsa de Barcelona había empezado a tejer un panorama musical nocturno similar al del Etxekalte. “Los referentes no eran muchos, ya que la escena de club estaba naciendo en esa época”, apunta Pez, que cita el club Veneno, también en la Ciudad Condal, y Khatmandú y Bali-Hai, ambos en Madrid, como núcleos inspiradores. En aquellos años 90 y primeros 2000 aún estaba todo por hacerse.
“La primera vez que fui a Etxekalte tendría unos 16 o 17 años”, rememora Jorge Elósegui, del estudio de diseño gráfico Primo, y que ejerce como dj bajo el pseudónimo de ‘El Nota’. “Era un jueves por la noche y fui con mi hermano (se refiere a Iñigo Elósegui Kigo, otro de los djs habituales del pub), dos años mayor que yo. Pez empezaba a pinchar a la una de la mañana y lo conocíamos por sus discos. Había montado el sello Novophonic y era una especie de leyenda local. Todo el mundo pinchaba ahí. Fue un descubrimiento”.
Elósegui subraya la calidad sonora de un local de dos plantas -“la cabina tenía un equipo de sonido increíble”- con una pequeña pista de baile subterránea de techos bajos. “Era un agujero. Lo comentábamos siempre: qué raro que aquí no haya pasado nada grave, porque no tenía salida de emergencias, ni salida de humos ni nada”. En las noches más concurridas se formaba un asfixiante embudo entre la barra de la entrada, los baños, siempre muy solicitados, y las escaleras que conectaban con la pista de baile. Es lo que Jorge llama “el triángulo de las bermudas. Una locura. Te podías pasar 10 o 15 minutos haciendo cola sin poderte moverte”.
Pese a las carencias y unas infraestructuras un tanto precarias, tenía carisma. Se parecía a una de esas personas irresistibles que dejan huella solo con su presencia. “Pasaron djs muy buenos, sobre todo a nivel nacional. En la época dorada del clubbing Etxekalte era el sitio de referencia en Donostia y norte del España”.
Unos metros más arriba se encontraba Loreak Mendian. La marca textil había abierto su primer espacio físico a mediados de los 90 en la misma calle Mari y entre ambos se estableció una rápida conexión. Los djs adquirían singles y maxis para sus sesiones en la añorada tienda del puerto. “Pinchábamos en Etxekalte y comprábamos los discos en la calle Mari. Era la calle guay. Me pagaban unos 150 euros por noche, que para mí con esa edad era la bomba”, afirma Elósegui, de 40 años, y que por aquel entonces ya utilizaba el apodo de ‘El Nota’, igual que el carismático protagonista de ‘El Gran Lebowski’.
A mediados de los 2000, el bar se vio obligado a instalar un limitador de sonido. El ayuntamiento, entonces en manos de Odón Elorza, empezó a controlar los decibelios de los bares y pubs. “Fue un bajón. Te quitaba los graves y todo empezó a sonar mucho peor. Más o menos como lo que pasa ahora con el Bukowski. Coincidió con la decadencia del clubbing nacional. Pinché uno o dos años más y se acabó”, afirma Jorge Elósegui.
Javi Pez pisó el bar por última vez en 2011. El magnetismo del Etxekalte se fue apagando, su identidad se diluyó. Ya no era lo mismo. ¿Cómo te gustaría que recordasen el pub? “Como un lugar que desde que se abrió tuvo una preocupación porque sonara música contemporánea y una dedicación al jazz, me quedo con eso”, se despide Pez.
Chema AMA
Publicado a las 17:01h, 20 junioUna pena el cierre, tengo muy buenos recuerdos del Etxekalte.
Jon Pagola
Publicado a las 08:36h, 21 junioDicen que abrirá con otros dueños. Pero si el Etxekalte no era ya lo que era no albergo demasiadas esperanzas con otras manos. Casi todo lo que reabre es una mala copia o una versión peor…
Lierni de Izeta PERMISAN
Publicado a las 18:40h, 20 junioGracias por llevarnos a otra emocionante época de mi juventud!.
Jon Pagola
Publicado a las 08:34h, 21 junioY me faltó el testimonio de DJ Araña, que hablé con él para ver si podía incluir alguna cosita y no llegó a tiempo. Gracias a ti 🙂
Simplemente Lena
Publicado a las 02:33h, 21 junioYo fui relaciones públicas en los ’90, más desde el’ 93 hasta el ’98 que me fui al extranjero. Siempre había una cola enorme para entrar, con un portero que cuando veía llegar mi coche negro con chófer y me veía salir, el portero me dejaba un espacio para entrar. La música era buena, arriba y abajo. Tengo un maravilloso recuerdo del Etxekalte y del respeto que siempre obtuve allí.
Jon Pagola
Publicado a las 08:33h, 21 junioPues esa era la gran época del bar, que buen testimonio. A mí ahí me pilló demasiado joven. Empecé a ira finales de los 90 y principios de los 2000. Siempre había algo alternativo de la pachanga imperante en lo Viejo y para mí era un gusto. Aunque mis amigos de la cuadrilla no eran muy pro Etxekalte, precisamente por su rollo “diferente”.
jeffjeff
Publicado a las 16:21h, 22 junio¿y a nadie se le ocurre sacar un libro cronológico con imágenes de los ¨panfletillos¨ y carteles de cada sesión?, al menos estaría genial que eso quedara recopilado en un repositorio como una base de datos para el recuerdo, para los que vivieron en algún momento estas sesiones musicales y enseñarlo a sus hijos, sería un gran documento para el recuerdo y un bonito homenaje a todos lo que hicieron posible esto.
Jon Pagola
Publicado a las 09:28h, 24 junioCierto. Y más teniendo en cuenta que alrededor del Etxekalte hubo diseñadores y gente relacionada con el arte que pueden rescatar todo esto y hacer cosas chulas.
Javi P3z
Publicado a las 16:14h, 27 junioAlgo parecido a un librito con “flyers” y carteles habrá mas pronto que tarde
Jon Pagola
Publicado a las 17:52h, 27 junioMola 🙂
Fran Kostin
Publicado a las 08:29h, 27 junioJon Pagola, noto en tu crónica cierto resquemor con el local.
Creo innecesario hurgar con inquina en detalles irrelevantes y no destacar lo bien que te lo pasaste, nos lo pasamos en un local mítico e irrepetible.
De bien nacidos es ser agradecidos y en los obituarios se suele destacar lo bueno,.. lo demás pelillos a la mar
Espero que lo publiques. GRACIAS!!!
Jon Pagola
Publicado a las 15:02h, 27 junioAh, no no, inquina o resquemor para nada. Pero si tú lo has notado igual me he explicado mal, yo qué sé… Gracias a ti por leer. XD.