HARRY BADEN: “EL MÚSICO DEBE TENER VOCACIÓN ALTRUISTA”

El artista donostiarra, también conocido como dj Araña, es una rara avis en la escena local. Va camino de publicar su segundo trabajo, donde se adentra en la música ambient de espíritu pop. Fotos: Santiago Farizano

 

Durante un cuarto de siglo Javier Araña (Donostia, 1973) ha ejercido como dj, principalmente sembrando electrónica en sus distintas variantes. Con su carrera de pinchadiscos en barbecho, está desarrollando una silenciosa pero interesante carrera musical que arrancó el año pasado con el EP Stories (Sevendipia Records) y ha tenido su continuación en el directo Live in San Sebastian (2020, autoproducido). No son muchos los artistas que se dedican al ambient y la electrónica ensoñadora y minimalista en Euskadi, que en el caso de Harry Baden, su nuevo alter ego, salpica de emoción pop. Su próximo trabajo -titulado 1973, aún sin fecha de publicación- está listo y debería poner fin al semianonimato de este singular creador musical que rara vez concede entrevistas.

Permíteme el chiste, pero Harry Baden no suena tanto a músico ambient como a candidato a presidente de los Estados Unidos. ¿De dónde sale el nombre de tu alter ego?

Digamos que el nombre tiene conexiones con Thomas Mann y La montaña mágica, con la idea de balneario, de reposo, y ese tipo de connotaciones. Esto es así porque primero fue la música, que es la que sugirió ciertos conceptos, y después vino el nombre.

Durante más de 20 años solo habíamos conocido tu faceta de pinchadiscos. ¿Cuál es el resorte que se activa para que empieces a crear tu propia música? ¿Nace de forma natural o es más bien un proceso evolutivo?

Es una cuenta pendiente que tenía desde los 90. El proceso lógico hubiera sido empezar una carrera de productor paralela a la de dj, pero por una cosa o por otra, no fue así. Lo curioso es que la cuenta pendiente era, evidentemente, con la música de baile; y sin embargo, al haber empezado tarde, las motivaciones actuales me han llevado hacia el ambient y una música más reposada. Así que sí: podríamos decir que ha nacido de forma bastante natural, porque estoy haciendo lo que me sale en este momento concreto.

El cineasta donostiarra Koldo Almandoz sostiene que el cine no es un mero entretenimiento, sino que, de alguna manera, tiene que sugerir. ¿Ese objetivo evocador es el que persigues en las atmósferas y capas que se van formando en tus canciones?

La verdad es que no es algo que haya “perseguido” conscientemente. El proceso de hacer música tiene algo de mágico que es incontrolable. Yo, en concreto, utilizo muchos samples para crear texturas, y el concepto de “aleatoriedad” está muy presente en todo momento. Por eso no sabría decirte exactamente por qué mi música es tan evocadora, o tan “cinematográfica”; es así como me sale.

Tengo la sensación de que tu música va adquiriendo poco a poco cierto espíritu pop, como que cada vez le das más importancia a la búsqueda de la melodía, por ejemplo.

Es verdad; es una cosa evidente, que está ahí. Como te he dicho antes, tampoco sé por qué es así; porque yo, a priori, voy buscando construir cosas más sobrias, un ambient más serio y menos melódico; pero al final acabo metiendo acordes y detalles que hacen que las canciones adquieran ese espíritu POP del que hablas. Entiendo que mi background es muy pop, y las cosas que sampleo también; por lo tanto, algo de todo eso se tiene que transmitir a las canciones. A veces incluso siento que hago una música muy comercial; aunque decir “ambient” y “comercial” es un poco oxímorón (risas).

Tu EP de debut, Stories, salió de la mano del sello de Barcelona Sevendipia Records. ¿Cómo diste con ellos?

Fue una recomendación que le hizo Álvaro (de Reykjavik606) a Alexis, el dueño del sello. Le mandó un par de canciones que yo había subido a Soundcloud; le gustaron y a partir de ahí surgió la posibilidad de sacar el EP. Son cosas que se agradecen y que te motivan a seguir haciendo música. Es ese momento en el que pasas de hacer música exclusivamente para ti y para los 4 amigos que tienen que “soportar” tus canciones en privado, a exponerla públicamente y que empiece a tener cierta trascendencia.

El directo Live in San Sebastián se gestó en Tabakalera y lo subiste por sorpresa a tu cuenta de bandcamp. ¿No pensaste en sacarlo a la luz a través de Sevendipia o algún otro sello y darle así un mayor recorrido?

No. Este directo es básicamente una mezcla larga de un tema que tengo guardado (que posiblemente vea la luz en el futuro), y que está desarrollado de una manera y en esas circunstancias concretas. Para mí tenía lógica, aprovechando la parte buena de la tecnología y las redes sociales, subirlo de inmediato; sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones de aforo actuales, que hicieron que mucha gente no pudiera acudir por no haber entradas disponibles.

En esa grabación sorprendes con la aparición justo al final de la voz de Cecilia, como flotando en el espacio. Pese a esa apariencia frágil y pseudohippy, sus versos eran afiladísimos.

Sí, Cecilia es parte de ese background pop del que te hablaba. Y como en el último tema del directo utilizo un sample suyo, me pareció interesante “desvelarlo” al final; un poco para dar pistas sobre cómo fabricas las canciones; y otro poco para reivindicar el alma pop que tienen mis canciones y terminar de una forma épica.

Tengo entendido que el tema estará incluido en el nuevo disco. Cuéntanos un poco sobre él.

El disco está ya terminado, tiene 10 canciones y se va a titular 1973. Es ambient, es pop, es clásica moderna y electrónica. Veremos cuándo sale, porque he recibido muy buenos feedbacks de sellos, pero dada la situación actual, todo está bastante parado; y de momento sigo buscando dónde editarlo. Si la cosa sigue así, en cualquier momento lo subiré yo mismo a Bandcamp y Spotify y haré unas pocas copias físicas.

¿Cuál sería tu sello ideal?

El sello ideal sería uno con la filosofía de Ian MacKaye/Dischord, pero que estuviera dedicado a la electrónica y el ambient. Aunque creo que por desgracia no existe.

Al hilo de eso que comentas sobre la filosofía de Dischord, he visto que las descargas de tus temas en Bandcamp son gratuitas. ¿Hay alguna razón para ello? ¿No piensas que hacer música requiere un trabajo y un esfuerzo que de alguna manera hay que remunerar?

En mi caso desde luego, por principios, me parece bien que sea así. Si haces música, la motivación primera tiene que ser altruista; quieres que se escuche, no sacar dinero de ella. Entiendo que si alguien quiere tener la música en formato vinilo o cd, pague por ello (un precio razonable), porque fabricarlo tiene unos costes, y a cambio te llevas algo físico.

O sea, que no tienes problema en que la gente compre tu próximo disco, por ejemplo…

¡Claro! Y estaré encantado de que sea así (risas). Pero cobrar por la música en sí, en formato digital quiero decir, por mucho trabajo y esfuerzo que conlleve, no me atrae. Yo al menos no me sentiría bien recibiendo dinero de alguien sólo por descargarse mi música. Además, habiendo plataformas como Spotify donde la gente tiene escuchas ilimitadas, ¡qué más da que se la descarguen gratis!

Jon Pagola
[email protected]

Periodista, creo que cultural y musical. Y de lo que surja.

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