
13 May DOKA: “HEMOS CUBIERTO UN HUECO EN EL OCIO DE DONOSTIA”
La sala de conciertos celebra su 15 aniversario convertido en un referente de la cultura vasca desde el barrio del Antiguo. Fotos: Doka
Aunque sus gestores aseguran que no saben si son pocos o muchos, Doka cumple 15 años de vida. Fuertemente asentado en el barrio del Antiguo, la sala de conciertos abrió sus puertas el 11 de mayo de 2007 inspirado por las experiencias del Kafe Antzokia de Bilbao y Plateruena, en Durango, entre otros. Donostiako Kafe Antzokia celebra su 15 aniversario este sábado 14 de mayo, a las 23 horas, entre amigos, conocidos y habituales de este bastión del euskera y la cultura vasca en San Sebastián. Será una fiesta “humilde y pequeña” donde darán de comer y beber, habrá djs, bertsolaris (Maialen Lujanbio, Beñat Gaztelumendi), un monólogo conmemorativo a cargo del cómico Jon Martínez ‘Txiki’ y la velada se coronará con la actuación de la siempre sólida Anari.
La entrada es mediante invitación, ya que el aforo es limitado. “Queremos abrazarnos, sudar, tocarnos y rozarnos con todo el mundo a través de la cultura y la música”, afirman desde el Doka Luix Barinagarrementeria y Mikel Roman. Para el décimo aniversario, en 2017, salieron al frontón del barrio con una celebración más ambiciosa que cristalizó en el Dordoka Fest Jaialdia y que, como su nombre indica, se fue gestando poco a poco. La pandemia y la inestabilidad de los últimos tiempos les ha llevado a crear un evento “íntimo” con un perfil más bajo, pero en el que no falta la ilusión.
Doka ha encajado como un guante en el Antiguo. Cuando a mediados de los 2000 empezó a surgir la idea de montar una sede donostiarra del Kafe Antzokia se barajaron distintos lugares: Intxaurrondo, Egia, Gros, Amara Nuevo, incluso la Parte Vieja… “Quizás nuestro sueño hubiera sido estar en lo Viejo, ya que era el lugar en el que tradicionalmente disfrutábamos del ocio nocturno. En todo este tiempo han cambiado muchas cosas”, cuenta Barinagarrementeria. “Antes se concentraba todo el ocio en la Parte Vieja, pero aquí se ha generado mucho ambiente estos años. De hecho, cada vez hay más vida”, añade Roman. “Estamos súper a gusto en el Antiguo”, subrayan.
El idilio con el barrio es total. Han estrechado lazos tanto con las asociaciones como con los bares y vecinos de la zona. La relación es fluida con la casa de cultura de Lugaritz, la escuela de danza y la de pelota, entre otros colectivos. “Al igual que el barrio le aporta mucho al Doka, nosotros tratamos de hacer lo mismo. Nos hemos fusionado apasionadamente y esperamos que así siga siendo en el futuro. No será fácil, pero lo intentaremos”, aseguran.
La sala ha logrado conectar con el resto de la ciudad a través de dos pilares básicos, el euskera y la cultura vasca. Donostiako Kafe Antzokia, su nombre completo, es una marca reconocible en Donostia. “Ha cubierto un hueco en el ocio en este sentido. Esta es una ciudad euskalduna que no contaba con un lugar de estas características”, argumentan. En paralelo, han tenido la ventana “abierta” a todo tipo de expresiones artísticas. “Nuestra trayectoria es un ejemplo de ello con actividades musicales y culturales en castellano, francés, inglés, portugués… En Doka se ha hablado, bailado y cantado en muchos idiomas”.
La diversidad de la que hacen gala se puede comprobar en su variado abanico de conciertos (Angelus Apatrida, Siniestro Total, Ane Lukin, Kerobia, Los Chichos, Mikel Erentxun), así como en el resto de actividades que se realizan en su interior. “Hemos tenido teatro, monólogos, estudiantes de Musikene, charlas, reuniones… Se pueden hacer muchas cosas bonitas y con fundamento en el Doka”. Por último, y aunque les duela en el alma, no les queda otro remedio que elegir dos hitos asociados a la sala ante la insistencia del periodista. Optan por conciertos que dejaron huella en el Doka y con los que, a su vez, comparten espíritu: Berri Txarrak (2009, en la presentación del disco Payola) y la primera actuación en solitario de El Drogas en 2014 tras la disolución de Barricada.
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