Salud y jerarquía social: Medicus Mundi pone el acento en las desigualdades de Euskadi

«El acceso al dentista es un 50% menor entre las personas que se sitúan en el extremo más desfavorecido de la jerarquía social», dice el informe de Medicus Mundi presentado esta semana. Y así ocurre también con el resto de los servicios que no está cubierto al 100% por el servicio público de salud como fisioterapia y podología. Es una de las conclusiones de ‘Amenazas al derecho a la salud en Euskadi’, estudio elaborado por la citada ONG, financiado por la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo y realizado en colaboración con el Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico de la Universidad del País Vasco. El informe pone de manifiesto una tendencia al incremento del número de personas con un seguro privado de salud, que ha crecido un 33% respecto a 2003.
En Euskadi existen relevantes desigualdades en la salud y un ejemplo claro es la esperanza de vida, afirma Medicus Mundi. La brecha en la esperanza de vida entre zonas básicas de salud alcanza los 10,5 años en los hombres y los 7 años en las mujeres. Por nivel educativo las desigualdades son también relevantes: mientras que los hombres y mujeres sin estudios en la CAV tienen una esperanza de vida de 73 años (ellos) y 81 años (ellas), ésta asciende en 8 y 6 años entre quienes tienen estudios universitarios. 
Otra diferencia reseñable: el acceso a la Atención Primaria se distribuye bastante equitativamente entre los grupos sociales o es incluso más frecuente entre los grupos más desfavorecidos, mientras que el acceso a la Atención Especializada es claramente mayor entre los grupos de mayor nivel socioeconómico.
Reconoce Medicus Mundi de que muchos estudios recientes indican que el papel de los sistemas sanitarios en la salud poblacional es limitado, ya que el verdadero papel lo juegan las condiciones de vida en que las personas nacen y crecen, en que trabajan y en que envejecen, consecuencia de condicionantes estructurales y políticos de cada sociedad. «Sin embargo es evidente que la adecuada financiación, gestión y organización de la provisión de los sistemas sanitarios es indispensable para no aumentar la carga de enfermedad o asistir a la aparición de enfermedades ya erradicadas en nuestras sociedades», afirma la ONG.