Juan Moisés Leucrini es un argentino que reside en Donostia con su familia desde hace veinte años. En su 70 cumpleaños su hijo menor le regaló un billete para que fuera de visita a su tierra natal, Mendoza (Argentina), y viajó con su mujer el 28 de febrero, cuando el confinamiento se intuía sólo en cabezas muy imaginativas. Tenían que regresar a San Sebastián el 28 de marzo pero allí continúan ambos, en Mendoza. Literalmente varados a causa del coronavirus. Y su caso no es único. Igual que ellos hay en Argentina cientos de españoles, muchos de ellos vascos. «Están abandonados», afirma Mariela, la hija de Juan Moisés. «Especialmente la gente mayor que no tiene acceso a las redes», puntualiza, muy preocupada por la situación de su padre, diabético y delicado del corazón.
La mención a las redes sociales no es ninguna tontería en esta historia plagada de despropósitos. Dos perfiles de twitter, ‘Varados en Argentina’ y ‘Españoles atrapados en Argentina’, se han convertido en la única fuente de información de estos centenares de personas una vez que el Ministerio de Exteriores y los gobierno autonómicos correspondientes han dejado de dar señales de vida progresivamente.
«No pedimos nada más que información y que nos asesoren», insiste Mariela, «nadie pide que nos regalen un billete». Piden asesoramiento, principalmente, pero también que llegado el caso las administraciones correspondientes se comprometan y no propicien la toma de decisiones erróneas. Y en este punto de la historia tiene un papel destacado el Consulado español en Mendoza.
«Cuando Lufthansa nos avisó de que se habían suspendido todos los vuelos, primero intentamos contactar con la compañía y con la agencia que vendió los billetes por internet. No nos han respondido nunca. El siguiente paso fue contactar con Acción Exterior del Gobierno vasco, que nos remitió al Consulado Español en Buenos Aires, donde tomaron los datos de mis padres», narró Mariela.
Posteriormente desde el Consulado español en Mendoza llamaron a Juan Moisés para avisarle de que, en previsión de un vuelo de Iberia que saldría el 9 de abril de Buenos Aires a España, estaban organizando un autobús para viajar de Mendoza a la capital argentina. Hasta ahí, perfecto. Pero apuntaron que el precio del trayecto iba a ser muy caro dadas las circunstancias y también que sería preferible dar prioridad a quienes no tenían posibilidad de alojarse en ningún domicilio particular en Mendoza.
La realidad es que Juan Moisés y su mujer, Susana Edith Veliz, sí podían alojarse en la casa de su sobrino y comenzaron a dudar. «Lo que me indigna realmente es que el cónsul le dijo a mi padre que tenía veinte minutos para decidirse a viajar. Y claro, evidentemente, le dijo que se quedaba en Mendoza», explicó Mariela para DonostiTik. «Pensando que sería una cuestión de días».
La decisión les ha pesado. Más cuando vieron que conseguir comprar billetes para los tres vuelos de Iberia que salieron durante las siguientes semanas resultó imposible. «Nos hemos pasado horas al teléfono pero es una locura. No lo conseguimos y la sensación que tenemos es de mucha desazón. Y peor están mis padres, claro. Él, pendiente de conseguir su medicación y de buscar otro lugar para quedarse porque la situación es complicada en casa de mi primo», explicó Mariela.
Al principio de la crisis el Consulado español en Mendoza les avisaba cuando se programaba un vuelo hasta que un buen día dejó de hacerlo. Desde entonces y al igual que en tantos otros casos las redes sociales se han convertido en una tabla de salvación para estos cientos de personas. El tema más comentado del día, ayer, fue el vuelo de Air Europa del próximo 11 de junio y si habían salido o no los billetes a la venta. Salieron esta pasada noche y volaron como en las ocasiones anteriores. Otra ocasión perdida para volver a casa.
Se ríe la familia de Juan Moisés cuando le preguntan si sus padres, por edad y por estado de salud, no han tenido ningún tipo de prioridad. «¿Qué prioridad va a haber si no ha habido ningún tipo de gestión?», pregunta Mariela. «Escuchamos a la ministra de Exteriores decir que han traído a la mayor parte de la gente y no lo podemos creer». Igualmente escépticos son cuando leen noticias sobre los retornos promovidos a Euskadi por Acción Exterior del Gobierno vasco. De Lufthansa ni hablan. Y un detalle que pone de manifiesto el desencanto de los afectados: desde los perfiles de twitter ya citados piden al Consulado en Buenos Aires la lista de todos los españoles varados en Argentina para gestionar ellos mismos la situación. Dando por hecho que ayuda externa no van a tener.
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