(EFE). Rubén Múgica, hijo del histórico dirigente del PSE Fernando Múgica, asesinado por ETA en 1996, ha lamentado la «tolerancia» hacia el «blanqueamiento» de los «herederos» de la banda terrorista y Batasuna y ha criticado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por «sentarlos a la mesa».
«Se trataba de derrotarlos, pero no para después sentarlos a la mesa. De eso saben los ventajistas que vinieron con el cuento: si los asesinos dejaban de matar, la democracia sería generosa con ellos. Cuánta pompa para no llamar a las cosas por su nombre«, ha dicho Múgica en una carta dirigida a su padre ante su tumba, en el cementerio de Polloe de San Sebastián.
Allí, junto a familiares, amigos y representantes políticos, el hijo de Múgica ha señalado que «si querían gobernar incluso con el apoyo de los herederos de los criminales, que lo hubieran dicho desde el principio». «Sería igualmente lamentable, pero, al menos, nos habrían ahorrado el bochorno», ha apostillado.
«Esto va por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su cortejo de aduladores, obsequiados con cargos públicos y publicidad institucional; sus entusiastas biógrafos cuentan que se afilió al PSOE en 1993, aunque nadie lo recuerda en ningún funeral ni manifestación», ha destacado en este acto, que ha abierto el exdiputado del PP Adolfo Suárez Illana.
Rubén Múgica ha recordado también al jefe de la Policía Local de Andoain (Gipuzkoa) Joseba Pagazaurtundua, asesinado por ETA el 8 de febrero de hace 22 años, y a Gregorio Ordóñez, al que la banda terrorista mató en enero de hace 30 años y ante cuyo panteón se han detenido antes en el cementerio donostiarra.
La viuda de Ordóñez, Ana iribar, se encontraba este sábado entre los asistentes al homenaje a Múgica, al que han acudido asimismo el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, del PNV, y concejales del PP y el PSE, además de la delegada del Gobierno en Euskadi, Marisol Gamendia, y el presidente de las Juntas Generales de Gipuzkoa, Xabier Ezeizabarrena.
«La crudeza de los asesinatos y la frialdad de los cementerios obligan a no maquillar el lenguaje, pues se malgasta el mensaje. Denunciemos con claridad que Fernando y Joseba, y tantos otros, sufrieron una persecución totalitaria, emprendida contra la democracia española por un hatajo de nacionalistas reaccionarios, sin otro objeto que la imposición de una fantasía: volver en el tiempo a un pasado que nunca existió», ha recalcado Múgica.
Ha destacado que «hasta qué punto se ha tolerado su blanqueamiento, que pasean hoy por calles y plazas bajo siglas que son otras, pero con los mismos collares de siempre: indolentes y jactanciosos». «Su arrogancia quizás confirme que pertenecen a una raza singular, aunque no hay ni rastro de que sea una raza superior», ha manifestado.
Ha añadido que muchas personas les preguntan lo que su padre opinaría ante la actual situación política y siempre contestan que no saben, pero sí lo que pensaba «cinco minutos antes de ser asesinado», que «no puede haber complacencia con quienes se levantaron en armas contra ciudadanos indefensos, ni con quienes intentaron derribar la democracia española desde sus inicios más frágiles, ni tampoco con sus herederos».
«A los ventajistas oponemos: si los asesinos merecen atención por haber dejado de matar, mayor atención merecemos quienes nunca hemos matado«, ha subrayado.
Suárez Illana, por su parte, ha censurado a aquellos que quieren «pasar página» sobre lo ocurrido, aunque «lo peor» para él es que lo hagan «quienes ni compartían fines, ni compartían ideología, ni compartían medios, e incluso fueron también perseguidos».
«Han acabado blanqueando por su debilidad a quienes desde el terror, nos arrebataron a nuestros seres queridos», ha remarcado el hijo del expresidente Adolfo Suárez.
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