La situación de Rosario, de 76 años, y su hijo, de 51, ambos con un grado importante de discapacidad reconocido, es «terrible» tal y como ha dicho la misma mujer, hoy, al narrar lo que supone ser desalojados de la que hasta ahora ha sido su vivienda en Aldakonea. Junto a ellos se han congregado esta mañana vecinos del barrio, miembros de sindicatos y partidos políticos y las plataformas Stop Desahucios, Alokairu e Inquilinos de Azora. Todos a la búsqueda de una solución para esta familia que en teoría será desahuciada el viernes de un terreno que actualmente pertenece a Kutxa. Los presentes piden la mediación del alcalde Eneko Goia.
Hace más de 40 años que la madre de Rosario construyó en el terreno de una constructora esta vivienda en la calle Iradiene 19 tras acordar con los propietarios una renta modesta. Mucho después, en abril de 2012, Kutxa se adjudicó el terreno tras una demanda de ejecución hipotecaria. En ese momento, tal y como ha explicado Rosa García de Stop Desahucios, el banco no regularizó la relación contractual de lo que hasta ese momento era tan solo un contrato verbal.
La familia debe hoy 420 euros al banco (a razón de 12 euros mensuales) en lo que realmente es una nebulosa legal, ya que «no está pactados ni existe medios para pagarlos». Y de ahí que el juzgado de Primera Instancia Nº4 haya dictado la orden de desahucio para el viernes 25 de junio.
Un nutrido grupo de donostiarras se ha dado cita hoy en la calle Garibai, en la puerta de Kutxa, para pedir que el desalojo no se lleve a cabo y para solicitar la mediación del alcalde Eneko Goia, ya que Donostia está declarada «ciudad libre de desahucios».
«García ha explicado que la vivienda no está en la zona de expansión urbanística prevista en Aldakonea, si bien hoy se ha afirmado que plataforma y vecinos son conscientes del «valor especulativo que va a tener este barrio con los planes urbanísticos previstos«.
Por su parte Rosario, emocionada ante la respuesta ciudadana, ha declarado que mantiene «la esperanza» de que el desahucio no llegue a producirse.
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