El Real Automóvil Club (RACVN) considera que las recientes declaraciones del alcalde de Donostia-San Sebastián Eneko Goia sobre su intención de recurrir la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de la ciudad son «una tomadura de pelo hacia la ciudadanía. Con argumentos simplones se pretende deslegitimar al club automovilista y reducirlo a un simple vendedor de seguros, así como confundir a las personas sobre la responsabilidad de aplicación de la ZBE en la ciudad», critica el RACVN.
Cabe recordar que el pasado miércoles el alcalde de Donostia, Eneko Goia, criticó que el RACVN anunciara un recurso contra la ordenanza que regulará la zona de bajas emisiones cuando ésta, aún, «no está en vigor». En las mismas declaraciones, que tuvieron lugar durante el tradicional hamaiketako de Semana Grande, Goia recordaba que el Consistorio está obligado a aprobar esta ordenanza de establecimiento de una Zona de Bajas Emisiones porque hay una ley de ámbito estatal para todos los municipios de más de 50.000 habitantes.
«Si el RACVN está en contra de esa ley, lo que tendría que hacer es recurrir esa ley«, subrayó el alcalde, y añadió (como ya ha mencionado en otras ocasiones) que el RACVN tiene una «perspectiva muy condicionada por los intereses de su actividad» que es «la venta de seguros». En este sentido la entidad consideraría (según el alcalde) que, «cuanto más vehículos haya, mejor», pero «las ciudades no vamos por ahí, las ciudades vamos precisamente en el otro sentido», concluyó.
El RACVN responde
«En primer lugar, la norma obliga a establecer una ZBE en la ciudad pero no dice nada sobre cómo debe ser ésta», se defiende el RACVN, añadiendo que «la responsabilidad de diseño y aplicación de la ZBE de Donostia-San Sebastián corresponde al Ayuntamiento, al equipo municipal que lidera el alcalde, para lo que tiene un sobrado margen de actuación para cumplir con la ley».
El club automovilista considera en un comunicado que al alcalde de la ciudad no ha explicado que «le valdría con establecer la Parte Vieja como ZBE para cumplir con la ley. Otra opción, previo estudio de la calidad del aire en los distintos puntos de la ciudad, podría ser el diseño de una zona más amplia, que sólo se active cuando existan unos niveles reales de baja calidad del aire…»
El RACVN considera que el alcalde es plenamente consciente de que la calidad del aire en la ciudad es buena y que las restricciones planteadas no se corresponden con la realidad. «El primer edil sabe cuáles son las zonas con peor calidad del aire de la ciudad, entre las que precisamente no se encuentra la zona centro (que se ve favorecida por el mar). Para el club automovilista, restringir el centro de la ciudad en el formato que se plantea, con el pretexto de la ZBE, tiene poco que ver con el medio ambiente o la preocupación por las emisiones«.
En el mismo comunicado el RACVN recuerda que «precisamente son las actuaciones de este Ayuntamiento (como los cambios de sentido en Urbieta y San Martín o el cierre de San Martín a la altura del Buen Pastor) las que favorecen el aumento de las emisiones, al hacer que se produzcan aglomeraciones de tráfico y embotellamientos, e incluso puntos peligrosos para los distintos colectivos partícipes en la movilidad».
En relación a la venta de seguros mencionada por el alcalde, el RACVN dice: «éste es un club automovilista, que durante sus más de 100 años de historia ha estado comprometido con la defensa del automovilista en el derecho de uso, posesión y disfrute de sus vehículos privados de manera responsable. Cuando sistemáticamente se perjudica a los donostiarras que utilizan sus vehículos privados y se criminaliza a los automóviles, el alcalde no puede pretender que el RACVN aplauda sus actuaciones o mire para otro lado».
«Haya o no ZBE los vehículos se supone que van a seguir circulando, aunque sea fuera de las zonas delimitadas y para ello deben estar asegurados. Es decir, a priori el parque de vehículos no debería reducirse haya o no ZBE, salvo que ese sea su objetivo», advierte el RACVN, pidiendo al alcalde que explique «qué impuestos pondría en marcha para sustituir los que actualmente están ligados al uso y posesión del automóvil en la ciudad. El RACVN estima que entre impuestos de circulación, OTA y gestión de multas podrían alcanzarse los 40 millones de euros».
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